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Imágen del presidente de Estados Unidos Barack Obama, mientras discutía el martes con el Congreso medidas para umentar el endeudamiento del país. | Foto: AP/Pablo Martinez Monsivais

TLC

Obama aplaza pactos comerciales con Colombia y Panamá

Líderes legislativos de ambos partidos pidieron a la administración que los detuviera hasta septiembre porque están concentrados en las actuales negociaciones sobre la deuda y el déficit del país.

20 de julio de 2011

El presidente Barack Obama retrasará el envió al Congreso de los proyectos de ley finales sobre acuerdos de libre comercio con tres naciones —incluidas Colombia y Panamá— hasta después que los legisladores regresen de su receso de agosto, dijo una persona familiarizada con la situación.

Los funcionarios del gobierno estaban preparados para enviar los acuerdos con Colombia, Panamá y Corea del Sur al Capitolio esta semana, de acuerdo con la persona, pero que los líderes legislativos de ambos partidos pidieron a la administración que los detuviera hasta septiembre porque están concentrados en las actuales negociaciones sobre la deuda y el déficit del país.

La Casa Blanca dijo el miércoles que aún mantenía discusiones activas con el Congreso sobre cómo proceder con los pactos comerciales.

La persona con conocimiento de la situación habló con la condición de no ser identificada porque el aplazamiento no ha sido anunciado de manera formal.
 
Obama aprobaría medidas provisionales 

A medida que se agota el tiempo, el presidente Barack Obama suavizó su postura y señaló el miércoles que respaldaría un acuerdo a corto plazo para evitar un desastroso impago de la deuda del gobierno el 2 de agosto, pero sólo si un acuerdo más amplio para recortar el déficit estaba en marcha.

Obama convocó a legisladores a la Casa Blanca en un intento para encontrar los votos suficientes, tanto de los republicanos como de su propio partido.

El presidente, presionando para hallar una gran solución que reduzca el déficit presupuestario y amplíe la capacidad de endeudamiento del gobierno, había amenazado con vetar cualquier ampliación provisional del límite de la deuda del país. Incluso desafió al líder de la mayoría de la cámara, Eric Cantor, al decirle que no lo retara a aceptar el reto en un momento de confrontación la semana pasada.

La ahora calibrada posición de Obama, ofrecida por el portavoz Jay Carney, refleja la realidad: que a los líderes prácticamente se les agotó el tiempo para evitar un problema sin precedentes. Carney dijo que si un Congreso dividido y la Casa Blanca pueden ponerse de acuerdo sobre un pacto significativo, Obama aceptaría "una extensión a muy corto plazo" del límite de la deuda para permitir que una iniciativa de ley más amplia pase por el Congreso.

Incluso unos pocos días importan, dado lo que está en juego. El gobierno va a agotar su capacidad de pedir dinero prestado y pagar sus cuentas el 2 de agosto, un resultado que podría hundir al país de nuevo en una recesión, detener los cheques de Seguridad Social y otros pagos, hacer subir las tasas de interés y erosionar la capacidad crediticia del país más rico del planeta.

En la Casa Blanca, Obama se reunió en privado con los líderes demócratas de la Cámara y el Senado, y luego por separado con el presidente de la Cámara John Boehner y con Cantor. Todas las señales apuntan a una batalla legislativa que se extenderá hasta el último minuto.

Las nuevas conversaciones se centraron en una única pero compleja pregunta: ¿Qué se necesita para reunir suficientes votos de ambos partidos a fin de que el Congreso apruebe esta iniciativa de ley y eleve el tope de la deuda nacional para la fecha límite?

Los líderes del Congreso dicen que quieren evitar el cierre del gobierno, pero están lejos de ponerse de acuerdo sobre el cómo.

La naturaleza partidaria de la división en las negociaciones de Obama subrayó su necesidad de obtener un resultado final de parte de los demócratas en ambas cámaras y de los líderes de la cámara de representantes de mayoría republicana.

Su reto con sus copartidarios demócratas es persuadirlos de aceptar cambios en los programas de Medicare y Seguridad Social. Con los republicanos, Obama está atacando la oposición de los conservadores que se niegan a considerar aumentos de impuestos. Obama quiere un enfoque mixto que incluya impuestos más altos sobre los ricos y recortes de gastos.

"Todavía hay tiempo para hacer algo importante", dijo Carney, instando a un compromiso.

Siendo realistas, sin embargo, la fecha límite para el acuerdo es esta semana, no la que viene, dado el tiempo que se necesita para elaborar, debatir, aprobar y resolver las posibles diferencias en la legislación.

Obama también está intentando aprovechar el impulso del plan bipartidista del Senado —que elevaría los impuestos y reduciría el gasto público— y lo ensalzó en una conferencia de prensa en la Casa Blanca por considerarlo "ampliamente consecuente" con su ideario para reducir la deuda soberana. Agregó que esperaba que permita a ambas cámaras del Congreso elevar el endeudamiento de Estados Unidos.

El plan, ideado por seis legisladores, es demasiado complicado y polémico para que sea sancionado antes del 2 de agosto. Empero, los autores del plan creen que podría ser un modelo para "un gran acuerdo" más adelante que podría eliminar 4 billones de dólares del déficit en 10 años.
 
AP