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PERSPECTIVAS ECONÓMICAS 2013

Para dónde va el tren

Está claro que no todas las locomotoras de la economía van a la misma velocidad. El próximo año se espera mucho más de la infraestructura, mientras la minería baja el ritmo. Vivienda e innovación podrían acelerar la marcha. El gran interrogante estará en el agro y la industria, que necesitan con urgencia más combustible.

24 de noviembre de 2012

Acelerador a fondo

En 2013, la Agencia Nacional de Infraestructura adjudicará un paquete importante de licitaciones. También se agilizarán las obras de la terminal nacional de Eldorado y comenzará la recuperación y la navegabilidad del río Magdalena.
 
No queda tiempo que perder. El gobierno tendrá que hacer todo lo posible para poner a andar a mayor velocidad la locomotora de la infraestructura, donde están sembradas grandes esperanzas para el desarrollo del país. Después de dos años de estudios y estructuración de proyectos, 2013 será el año en el que entrará a regir un nuevo modelo de negocios. Se trata de la cuarta generación de concesiones viales que comprende la construcción de nuevas
carreteras y dobles calzadas así como la rehabilitación y mantenimiento de 6.000
kilómetros de vías.

Este es el más ambicioso programa vial en la historia de Colombia, que demandará inversiones por 40 billones de pesos. En los próximos dos años se va a adjudicar mucho más de lo que se ha entregado en los últimos 20 años – el número de concesiones pasará de 25 a 55–.

La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) adjudicará el grueso de las licitaciones a partir de 2013. En enero hará la apertura de la licitación y en junio se adjudicará el primero de los seis paquetes de proyectos. Para facilitar su adjudicación y ejecución, la ANI dividió las obras en seis grupos.

El interés por este paquete es grande teniendo en cuenta la magnitud de los proyectos, las inversiones requeridas y las nuevas reglas de juego. Ya no habrá anticipos del gobierno como en el pasado, lo que representa un cambio trascendental en los modelos que venían rigiendo. Primero se harán los diseños y estudios de las obras y los concesionarios tendrán que tramitar las licencias ambientales y hacer las gestiones para la adquisición de los predios.

Si el plan sale adelante el país podrá dejar atrás décadas de atraso que se han traducido en una pérdida de competitividad y en altos costos para los empresarios colombianos. Es tan dramática la situación de la mala infraestructura vial del país que sale más costoso transportar una tonelada de carga entre Bogotá y Buenaventura –en promedio 34 dólares– que entre Buenaventura y Los Ángeles (Estados Unidos) que cuesta 30 dólares, en promedio.

Aunque el presidente de la ANI, Luis Fernando Andrade, dice que la locomotora de la infraestructura ya arrancó y que el gobierno quiere que se mueva más rápido, el presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, Juan Martín Caicedo, sostiene que este sector podría marchar a mejor ritmo si se remueven las grandes murallas que impiden una ejecución más acelerada. Ese es el caso de las demoras en el otorgamiento de las licencias ambientales, en las consultas previas con las comunidades, la adquisición de predios y los problemas con las redes de servicios públicos. Pero también deberán solucionarse los problemas jurídicos como el que se presenta en el primer tramo de la Ruta del Sol, que une a Bogotá con la
Costa Atlántica.

Pero no todos los proyectos que comenzarán a rodar el próximo año son viales. También se avecinan obras en otros sectores. En 2013 se agilizarán las obras de la terminal nacional del aeropuerto Eldorado, se comenzará el proyecto para la recuperación y la navegabilidad del río Magdalena y se revivirá la red férrea nacional a través de la reparación de 1.000 kilómetros de vías y la construcción de otros 600 kilómetros.

Los colombianos llevan décadas a la espera de que haya una verdadera transformación vial. El gobierno y el sector privado tienen sus grandes apuestas en los proyectos que se avecinan. Ojalá el próximo año no termine en otra desilusión.