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La congelación de los depósitos bancarios en Ecuador revive el espectro de la crisis <BR>financiera en Colombia.

19 de abril de 1999

Las medidas tomadas por el presidente del Ecuador, Jamil Mahuad, la semana
anterior para tratar de conjurar la crisis bancaria que atraviesa ese país dejaron en estado de shock
a millones de ecuatorianos y pusieron a muchos colombianos a preguntarse si pronto podrían verse
enfrentados a la misma situación. El gobierno del vecino país decidió congelar por plazo de un año la
mitad de los depósitos bancarios de los ahorradores ecuatorianos _una cifra superior a los 4.000
millones de dólares_ para atajar el pánico financiero y prevenir una corrida generalizada. Aunque el
Estado ecuatoriano promete reembolsar estos depósitos con intereses, dada la grave situación
económica del país, son muchos los ciudadanos que dudan si volverán a ver sus ahorros de toda la
vida.La crisis ecuatoriana se venía gestando desde la guerra con el Perú en 1995, en la cual el gobierno
gastó infructuosamente en una escalada armamentista más de 3.000 millones de dólares. Eso,
sumado al derrumbe de los precios internacionales de su principal producto de exportación _ el
petróleo_ y los estragos del fenómeno de 'El Niño', generó una profundización de las brechas fiscal y
externa a niveles críticos. La financiación externa de estos faltantes se complicó con la crisis asiática
y la fuga masiva de capitales de los mercados emergentes, mientras que las reformas necesarias
para solventarlas a nivel interno se vieron obstaculizadas por la ineficacia y debilidad de los gobiernos
de Abdalá Bucaram y Fabián Alarcón y la indisposición del Congreso de aprobar las fuertes medidas de
ajuste propuestas por el presidente Mahuad.Es así como, ante la caída de las reservas
internacionales y el aumento vertiginoso del déficit fiscal, la tasa de interés interbancaria se elevó
hasta niveles del 90 por ciento, lo cual indujo a una severa desaceleración del aparato productivo. En la
medida en que las empresas empezaron a sentir el rigor de las altas tasas de interes y de 'El Niño'
_específicamente los sectores agrícola y pesquero_ se retrasaron en sus pagos, originando un rápido
deterioro de la cartera de algunos bancos que no tenían el riesgo diversificado y que
adicionalmente adolecían de graves problemas de caja debido al crunch de liquidez que se presentaba
en el mercado financiero. Estos hechos desnudaron la debilidad estructural del sector bancario
ecuatoriano, en el cual la regulación permite dos pecados capitales en materia financiera. El primero es
que los bancos _que son controlados en su mayoría por grupos económicos diversificados_ le pueden
prestar a empresas o personas vinculadas a sus accionistas hasta el 60 por ciento de su patrimonio
técnico. El segundo es que las entidades financieras tienen libertad para concentrar su cartera en
unas pocas compañías y sectores. La ineficaz supervisión de la Superintendencia de Bancos no
permitió dilucidar a tiempo la magnitud real de la crisis y antes de que el gobierno pudiese reaccionar
para prevenir un problema sistémico tuvo que intervenir ocho bancos a un costo para el Estado de
1.500 millones de dólares, una cifra equivalente al 7 por ciento del PIB. En las últimas semanas los
ecuatorianos, temerosos por sus ahorros y ante la creciente expectativa de devaluación, salieron a
retirar sus depósitos del sistema y a comprar dólares en forma masiva. Estos acontecimientos
terminaron por generar una devaluación de más del 50 por ciento en tan solo tres semanas y una
inmensa contracción monetaria La gota que rebosó la copa para el sistema financiero, según un
vicepresidente de un importante banco ecuatoriano que pidió permanecer anónimo, "fue la decisión del
Estado de no intervenir una entidad en Guayaquil que se encontraba al borde de la quiebra, y declarar
en cambio un feriado bancario generalizado donde terminamos pagando justos por pecadores". Y la
verdad es que la medida cobija tanto a los bancos malos como a instituciones como el Banco del
Pichincha, el Banco Popular, y el Banco de la Producción, que presentan excelentes indicadores de
cartera, solvencia y rentabilidad.¿Y Colombia que?Para nadie es un secreto que el sector financiero
colombiano está atravesando uno de los momentos más difíciles de su historia. Sin embargo existen
un número importante de diferencias entre las economías y los sistemas financieros de Colombia y
Ecuador, por lo que en su mayoría los analistas consultados por SEMANA concluyen que la
probabilidad de que en Colombia se presente una situación similar es bastante remota.Desde el
punto de vista macroeconómico lo primero que se debe tener en cuenta es que el déficit fiscal de
Colombia como porcentaje del PIB es mucho menor al de Ecuador. Por otra parte, en lo corrido de
1999 el gobierno colombiano ha logrado conseguir en los mercados externos e internos los recursos
suficientes para financiarlo. Y las expectativas de devaluación en Ecuador eran bastante más agudas
de lo que hoy son en Colombia. Según Juan Carlos Botero, director de investigaciones económicas de
Suvalor, "el gobierno colombiano coordinó un ajuste fiscal con uno cambiario, mientras en Ecuador no
quisieron hacer el ajuste fiscal y el mercado hizo el ajuste cambiario a la fuerza, lo que produjo una
devaluación masiva del sucre". Además, en la actualidad, mientras las tasas de interés en Colombia
presentan una tendencia a la baja y en el sector financiero ha existido un aumento importante en la
liquidez, en el Ecuador se mantienen las altas tasas de interés y el crunch de liquidez.A nivel de
políticas y de regulación sectorial los analistas coinciden en que la regulación bancaria en Colombia ha
mejorado en los últimos años _aunque aún dista de ser la óptima_. Del lado de préstamos a
accionistas, en Colombia el límite máximo es del 20 por ciento del patrimonio técnico, frente al 60 por
ciento en Ecuador. Además, en cuanto a concentración de la cartera, la reglamentación colombiana
establece que una entidad puede prestar hasta el 10 por ciento de su patrimonio técnico a un solo
cliente mientras que en Ecuador la limitación es del 15 por ciento, pero se puede extender hasta el 40
por ciento en ciertos casos. En palabras de Michael Henry, analista para el pacto andino de ING
Barings, "la regulación bancaria en Colombia es mucho más sólida que en el Ecuador, pues a raíz de
la crisis financiera de principios de los 80 las autoridades colombianas ajustaron e incrementaron la
supervisión del sector. En Ecuador, en cambio, nunca antes se había presentado una crisis, por lo que
la regulación se ha mantenido más laxa". Otra fortaleza relativa de la banca en Colombia es la
entrada de entidades extranjeras con capacidad de gestión y fortaleza patrimonial. Un informe
reciente de Corfivalle estima que mientras en 1994 existían cinco intermediarios financieros de
propiedad extranjera en Colombia, en 1998 la cifra ascendía a 16 . En Ecuador, en cambio, como dice
Franklin Maiguascha, consultor privado, "por lo general, los administradores de las entidades
financieras no son banqueros profesionales sino familiares que pasan su propiedad de mano en mano
y los bancos internacionales tienen poca importancia dentro del sector".Los riesgosA pesar de todos
estos puntos en Colombia persisten riesgos que se deben tomar en cuenta para prevenir una
situación similar a la ecuatoriana. Además de redoblar el cuidado y profundidad con que se hace la
supervisión bancaria en el país para anticiparse a cualquier eventualidad, hay aspectos concretos en
los que se puede trabajar. En primera medida, el 18 por ciento del sector financiero colombiano que
se encuentra en manos del Estado generó pérdidas superiores a 500.000 millones de pesos en 1998.
Este hueco no es despreciable y por lo tanto es vital que se reestructuren y privaticen estas entidades ,
de lo contrario los bancos estatales podrían arrastrar a los privados al abismo de la quiebra. Por otro
lado, la decisión de la Corte Constitucional de subir el impuesto para el mercado interbancario del 1,2
por 10.000 al 2 por 1.000 podría generar efectos perversos sobre el sector similares a los que se
produjeron en Ecuador cuando se impuso una tasa del 1 por ciento a las transacciones bancarias en
enero de este año. Estas medidas pueden originar una concentración del dinero en pocos bancos y
disminuir la liquidez del mercado interbancario de dólares y pesos, lo que puede producir una gran
volatilidad en La tasa de interés y la divisa. Finalmente se deben encontrar fórmulas para la
reactivación del aparato productivo ya que un crecimiento industrial de -13 por ciento en enero es
escalofriante y, al fin y al cabo, el sistema financiero de un país solo puede ser tan sólido como sus
clientes. En todo caso es tiempo de tomar correctivos para reducir la posibilidad de que ocurra una
crisis como la del Ecuador. Pues con los índices de desempleo de Colombia las implicaciones
sociales de un fenómeno de este tipo serían aterradoras.