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Guillermo Botero, de Fenalco, cree que es un exabrupto que la tasa de usura siga creciendo. E n Asobancaria prevén que este año se recuperará la cartera, según Santiago Castro, su presidente.

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¿Por qué no bajan las tasas?

Ante el buen desempeño de la banca, el sector empresarial insiste en que ya es hora de que se reduzcan más los intereses.

24 de febrero de 2018

El crecimiento del sector financiero colombiano sorprendió el año pasado. Con una variación de 6,7 por ciento, fue uno de los que lideraron la economía y demostró ser sólido, rentable y con un alto nivel de provisiones, lo que significa una gran fortaleza para el país. Algunos empresarios y líderes gremiales, sin embargo, contrastaron esta buena noticia con el comportamiento del resto de sectores, que en conjunto repuntó apenas 1 por ciento, y revivieron los llamados para que la banca reduzca sus tasas de interés.

Varios analistas siguen sin entender cómo, a pesar de que el Banco de la República ha reducido rápida y drásticamente su tasa de intervención al pasar del 7,75 por ciento hacia finales de 2016 al 4,5 por ciento actual, las tasas de interés del sector financiero parecen no reaccionar de la misma manera. Al contrario de lo que se esperaría, mientras la tasa del Emisor ha caído más de 300 puntos básicos, la de usura aumentó y quedó en 31,52 por ciento.

Guillermo Botero, presidente de Fenalco, el gremio de los comerciantes, pone en evidencia esta paradoja. “Esto es un exabrupto”, afirma, e insiste en que la tasa de usura se calcule como el 1,25 del interés bancario corriente y no como el 1,5. Esto significa un cambio adicional en la fórmula de cálculo de la usura para forzar una reducción mayor de las tasas de interés de la banca.

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Cifras de la Superintendencia Financiera muestran que en general las tasas sí se han venido reduciendo y que durante 2017 fue más barato endeudarse. Pero mientras los créditos comerciales han caído unos 320 puntos básicos y se ubican en niveles promedio del 9,9 por ciento, las tasas de consumo, vivienda y microcrédito no lo han hecho al mismo ritmo. Las de consumo cayeron 150 puntos y las de vivienda 123 puntos para alcanzar niveles de 23,4 y 13 por ciento. Pero las tasas a los microempresarios son hoy del 36,7 por ciento y se han reducido tan solo 98 puntos básicos.

Las reducciones en tasas se han dado de forma diferencial entre las modalidades de crédito debido a unos niveles de riesgo que aún lucen elevados, particularmente en las modalidades más riesgosas como consumo y tarjetas de crédito, dicen los representantes de Asobancaria. Además, recuerdan que hay un rezago natural de la política monetaria que en algunos segmentos puede alcanzar los 12 a 14 meses.

Para muchos analistas, el ajuste está a mitad de camino y solo llegará cuando se reduzca el nivel de riesgo de los deudores. La cartera comercial se ha visto muy golpeada con hechos como la Ruta del Sol 2, Electricaribe y la crisis del SITP, así como con el aumento en los niveles de desempleo y el alto endeudamiento de los hogares que afecta la cartera de consumo.

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Además, las reducciones de tasas del Emisor no se reflejan en los créditos de consumo porque alrededor del 90 por ciento tienen tasa fija. De hecho, el margen neto de interés –lo que ganan los bancos por su actividad de captar y prestar dinero– aumentó un 14 por ciento en 2017. Como ha afirmado la Anif, se requeriría una recompra de cartera más ágil para lograr que estos nuevos flujos tuvieran impacto sobre el stock de deuda. No obstante, los altos niveles de endeudamiento de los hogares –hoy alcanzan alrededor del 40 por ciento del ingreso disponible– también impiden una pronta rebaja. Las empresas y las familias están altamente endeudadas como lo demuestra el saldo total de la cartera bruta, que alcanzó 438 billones de pesos en 2017.

La buena noticia es que esta cartera tiene una calidad en niveles manejables y está altamente provisionada, excepto el microcrédito. Jorge Castaño, superintendente financiero, asegura que las utilidades de los establecimientos de crédito de 8,3 billones en 2017 son una buena noticia, puesto que cerca de un tercio va para capitalizaciones que se traducirán en una mayor oferta de servicios y más crédito.

También es positivo que la cartera de crédito se recuperará y expandirá un 6 por ciento real en 2018, según el gremio bancario, lo que implica que habrá más crédito. Pero el sector empresarial y los consumidores esperan que cada vez sea más barato.