Home

Economía

Artículo

PRECIOS EN SUBIENDA

A pesar de los controles oficiales, febrero registra el mayor indice de inflación de la administración Betancur

8 de abril de 1985

El comunicado que el director del Dane, Mauricio Ferro, le entregara a los perioclistas el viernes pasado no podía ser más escueto: "Durante el pasado mes de febrero los bienes y los servicios presentaron las siguienles variaciones porcentuales con respecto al mes de enero, así: tolal nacional 3%". Sin embargo, detrás de ese lenguaje descriptivo y frío se empezó a gestar dentro y fuera del gobierno el temor de quc la espiral alcista siga el apresurado ritmo de los primeros meses del año. Repentinamente, los fantasmas de la inflación galopante y la hiperinflación han vuelto a ser resucitados por analistas que le presagian un negro futuro al país. Después de que en 1983 y 1984 se consiguió contener el alza en los precios a niveles inferiores al 20% anual, los resultados parciales de este año indican que la consecución de esa meta se hace difícil en 1985.
Según las explicaciones oficiales, la nueva espiral continúa siendo causada por los problemas del clima que ha afectado la producción de alimentos. Si en noviembre y diciembre el invierno no tuvo la culpa, ahora se están pagando las consecuencias de las heladas y la temporada veraniega de los primeros días del año. Los problemas de la leclle, la papa y otros artículos de clima frío, explicaron que en enero y febrero los precios de los alimentos hayan aumentado cerca de un 8% con respecto a diciembre, los que de por sí ya eran altos. Fuera de lo anterior también hubo aumentos importantes en los ramos de vestuario y misceláneo, como resultado de los reajustes hechos por las fabricas y el mayor precio de los útiles escolares.
Lo ocurrido, por más explicación lógica que tenga, no deja de constituirse en un aviso preocupante sobre la economía colombiana. Debido a las negociaciones de crédito externo que tiene pendientes, y a las conversaciones que se adelantan con el Fondo Monetario Internacional, Colombia necesita demostrar que su economía se mantiene relativamente estable y una mayor inflación no le gusta a los banqueros internacionales. Aparte de crear problemas de estabilidad interna, las alzas observadas influyen sobre el manejo de la política cambiaria que está tratando de devolverle al peso su competitividad en los mercados internacionales. De tal manera, diversos analistas han subrayado cómo se ha venido devaluando a mayor ritmo y ya se habla de niveles cercanos al 40% para 1985.
Es evidente que el impulso tomado por la carestía afecta, por encima de todo, el clima social del país. Los análisis hechos hasta el momento indican que 1985 será el primer año de esta década en el cual se presenten reduccioncs en el salario real de los trabajadores y es probable que ello afecte el panorama laboral, ya bastante agitado.
Por ahora, la gran preocupación que existe es la de cómo frenar el ritmo observado hasta el momento. Tradicionalmente, los meses más duros son los de marzo y abril y la administración debe desarrollar algún plan para evitar que la inflación se desborde, y así impedir que se creen expectativas que pueden ser contraproducentes. En los últimos días se hablaba de una normalización paulatina en los abastecimientos y se esperaban rebajas en los precios de algunos artículos. Tal circunstancia, sumada a un clima favorable durante el año, podría ayudarle al gobierno en el sentido de que éste se ajuste a conseguir lo proyectado en materia de inflación.
No obstante, todavía existen dudas sobre lo efectiva que pueda ser la política económica para contener mayores incrementos. Lo anterior, unido a la posibilidad de menos subsidios y subidas en el precio de la gasolina, en respuesta a las demandas del FMI, podría acelerar la espiral alcista y convertir a la inflación en el personaje nefasto de la economía colombiana durante 1985.--