Home

Economía

Artículo

PROBLEMAS EN EL VECINDARIO

Con las crisis en que están sumidos Venezuela y Ecuador, la recuperación de la economía colombiana parece alejarse cada día más.

17 de agosto de 1998

Como si no fuera suficiente con un deficit fiscal creciente, un desempleo galopante, tasas de interés astronómicas, bajos precios de los productos de exportación y la turbulencia de los mercados financieros internacionales, la vapuleada economía colombiana enfrenta un obstáculo adicional. Sus dos socios comerciales más importantes en la región, Venezuela y Ecuador, la están pasando aun peor. Estos dos países, cuyo dinamismo durante el año pasado contribuyó al breve repunte que experimentó la economía nacional a fines de 1997 y principios de 1998, se encuentran hoy sumidos en profundas recesiones y las perspectivas de que su condición mejore en el futuro cercano son bastante remotas.
Esta situación constituye un pesado lastre para la recuperación de la economía colombiana pues estos mercados son claves para la industria nacional. Venezuela y Ecuador ocupan, respectivamente, el segundo y el cuarto lugar como destinos de las exportaciones colombianas. Más allá de su magnitud, las ventas a estos países son fundamentales desde el punto de vista cualitativo. A diferencia de Estados Unidos y los países europeos, que importan principalmente petróleo, café, carbón y otros commodities colombianos, Venezuela y Ecuador son compradores importantes de manufacturas y productos procesados, los cuales son claves para la generación de empleo en el país.

Problemas al este
Las causas de las dificultades que atraviesan las naciones vecinas son de índole externa. Venezuela depende como ningún otro país del hemisferio de su industria petrolera. Este sector genera más de una cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB) venezolano y cerca del 80 por ciento de sus exportaciones. Además constituye la principal fuente de ingresos del gobierno. Las regalías e impuestos que recibe el fisco venezolano por concepto de la explotación y producción de crudo y actividades afines representan el 45 por ciento de sus ingresos totales. A raíz de la crisis de los países del sureste asiático, que por muchos años jalonaron la demanda de petróleo en el mundo, el precio del crudo se ha desplomado. Entre diciembre de 1996 y junio de este año el precio de exportación del petróleo venezolano cayó más de 55 por ciento, de 22,50 a 9,80 dólares por barril. Según Pedro Palma, reconocido economista venezolano y presidente de Heptagon Grupo Financiero, "por cada dólar de menor precio del crudo las exportaciones de Venezuela se reducen en 1.100 millones de dólares". Esta cifra equivale aproximadamente al 1 por ciento del PIB venezolano.
La tendencia a la baja de los precios se ha truncado en el último mes _el barril de petróleo venezolano se cotiza actualmente a 11,50 dólares _. Sin embargo esto se ha debido principalmente al pacto entre Arabia Saudita, México y Venezuela, tres de los mayores exportadores del mundo, de reducir su producción de crudo. Esta política de apoyar los precios implica un costo importante para Venezuela. Palma calcula que el país dejará de percibir cerca de 5.500 millones de dólares por concepto de menores precios y entre 500 millones y 1.000 millones por menor producción. Para apreciar la magnitud de estas cifras las exportaciones de Colombia _cuya economía es de un tamaño similar al de la de Venezuela_ fueron de 11.500 millones de dólares en 1997.
Debido al derrumbe en los precios del petróleo el gobierno venezolano ha tenido que reducir sus metas de crecimiento económico varias veces en lo que va corrido del año. La proyección inicial de un aumento del 6 por ciento en el PIB durante 1998 _luego del 5,1 por ciento obtenido en 1997_ fue reducida hace un par de meses a entre 2,5 y 3 por ciento. Actualmente Teodoro Petkoff, ministro de Planificación venezolano, habla del 1,5 por ciento. Entre los bancos de inversión internacionales las proyecciones giran en torno a esta cifra. JP Morgan pronostica un crecimiento del 1,9 por ciento mientras que Salomon Smith Barney estima que solo será del 0,8 por ciento. Palma es aún más pesimista. Según él, "el crecimiento durante este año estará entre el 0 y el 0,5 por ciento, debido a una caída del 3 por ciento en el PIB petrolero y un aumento de solo el 1 por ciento del PIB no-petrolero". Estas cifras no son nada alentadoras para los industriales colombianos, pues las exportaciones al vecino país _que el año pasado alcanzaron 986 millones de dólares_ son altamente sensibles a la evolución de la economía (ver cuadro).
Además del crecimiento del PIB el otro determinante importante de la demanda de productos colombianos por parte de Venezuela es la tasa de cambio real entre pesos y bolívares. Este indicador toma en cuenta la tasa de cambio nominal y el diferencial de inflación entre los dos países para calcular el poder adquisitivo de una moneda enrelación con la otra. Cuando se habla de que el bolívar está sobrevaluado frente al peso lo que se está diciendo esencialmente es que un bolívar compra más en Colombia de lo que compra en Venezuela. Por lo tanto, cuando el bolívar se fortalece las exportaciones de Colombia hacia Venezuela tienden a aumentar y cuando se debilita a disminuir.
En los últimos dos años esta relación ha favorecido a Colombia. Uno de los factores que contribuyó a la recuperación de las exportaciones colombianas hacia Venezuela el año pasado fue la devaluación del peso con respecto al bolívar (ver cuadro). Incluso, en este momento, la mayoría de los analistas coinciden en que el bolívar está sobrevalorado con respecto al peso, lo cual explica en parte el hecho de que durante el primer trimestre de 1998 las exportaciones colombianas a Venezuela aumentaran en más de un 90 por ciento frente al mismo período del año anterior. Sin embargo, con los problemas que está experimentando Venezuela en los frentes fiscal y externo en la actualidad, es posible que ese país tenga que devaluar su moneda, lo que afectaría la posición competitiva de los productos colombianos. Si además de bajo crecimiento económico los exportadores nacionales, e incluso quienes no exportan, tienen que luchar contra un bolívar devaluado, la industria colombiana se verá seriamente resentida. No obstante es importante recordar que la amenaza de una devaluación también está latente en Colombia.

Tambien en el sur
Si en Venezuela llueve en Ecuador no escampa. Además de la caída en el precio del petróleo _que representa cerca del 40 por ciento de las exportaciones ecuatorianas_, el fenómeno de 'El Niño' ha afectado la producción de banano, camarones y otros productos agropecuarios que aportan gran parte del resto de la oferta exportable de ese país. Según Franklin Maiguascha, consultor económico y decano del colegio de administración de la Universidad San Francisco de Quito, "las pérdidas totales por menor producción agrícola relacionada con el fenómeno climático ascienden a 1.030 millones de dólares". Además, señala Maiguascha, "los daños a la infraestructura física en la zona costera rondan los 900 millones de dólares". El agregado de estos dos factores representa el 9 por ciento del PIB ecuatoriano.
La perversa combinación de la crisis petrolera con el efecto climático ha puesto en jaque a la economía. Después de crecer un 3,5 por ciento el año pasado los expertos estiman que este año el crecimiento estará apenas entre el 1 y el 2 por ciento. "En lo que va corrido de 1998, dice Maiguascha, la economía no ha crecido". Simultáneamente se espera que la inflación aumente, el sucre siga perdiendo valor y el déficit en cuenta corriente alcance un 7 por ciento del PIB. En este contexto es muy probable que las exportaciones colombianas al Ecuador, que en 1997 alcanzaron la cifra récord de 539 millones de dólares y en los últimos seis años han crecido a una tasa anual promedio del 23 por ciento en dólares, se estanquen durante este año.
Lo más grave del caso es que no se vislumbra una recuperación en las economías vecinas en el futuro cercano. Pedro Palma cree que el repunte de la economía venezolana se dará si acaso en el año 2000. "Es poco probable que los precios del petróleo reaccionen de manera importante durante este año y el próximo, dice Palma. Por el contrario, es de esperarse que 1999 sea un año de ajuste con una contracción del PIB". Otro factor que podría jugar en contra de la economía venezolana sería la elección del coronel retirado Hugo Chávez _quien actualmente lidera las encuestas_ en diciembre próximo. Según Palma, "Chávez contribuye a causar incertidumbre en los agentes económicos, pues no existe ninguna claridad sobre qué medidas adoptaría como presidente".
Maiguascha es más optimista sobre la situación del Ecuador. Sobre el fenómeno del Pacífico dice: "No hay mal que por bien no venga. Las inversiones para reconstruir la infraestructura de la costa impulsarán a la economía". Además afirma que confía en la capacidad de ejecutoria del nuevo gobierno en el área económica y señala que el Ecuador está muy cerca de lograr un acuerdo de paz con el Perú, lo cual le abriría las puertas a un importante mercado. Sin embargo algunos de estos son factores que solo se sentirán en el largo plazo y los desequilibrios fiscales y externos de la economía y las malas perspectivas del petróleo hacen pensar que una recuperación verdadera no llegará muy pronto.
Todo parece indicar que dos de las válvulas de salida con que cuenta la industria colombiana cuando la demanda interna afloja estarán taponadas durante el futuro inmediato. Esto empantana aún más la posibilidad de una pronta recuperación de la economía, pues con el oscuro panorama de los mercados petrolero y cafetero y el necesario repliegue en el gasto del Estado es difícil vislumbrar cuál será el sector que jalonará el crecimiento.