Home

Economía

Artículo

Empleo

¡Qué camello!

A pesar que el desempleo se ha reducido en los últimos años, el problema de fondo sigue siendo la calidad de los puestos de trabajo. ¿Se cumplirá la meta de bajarlo al 10 por ciento para 2007?

25 de noviembre de 2006

Las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) para el tercer trimestre de 2006 sobre empleo alborotaron el avispero.

A nadie le cuadró que la ocupación cayera en casi un millón de personas y el desempleo aumentara justo cuando la economía mostraba mejores resultados. En los últimos meses la tasa nacional de desocupación se ha mantenido cercana al 13 por ciento y no da señales de un nuevo descenso.

Para el próximo año, el gobierno tiene la meta de dejar la desocupación en 10 por ciento; pero esos 3 puntos serán un hueso duro de roer. Y aquí las apuestas suenan más a una ruleta rusa. ¿La razón? Mientras el aumento del empleo depende en buena medida de las decisiones de los empresarios, muchas voces ya están alertando acerca de la calidad del empleo que se está generando.

El decano de la facultad de economía de la Escuela Colombiana de Ingenieros, Eduardo Sarmiento, aseguró que lo que se está presentando no es un problema con la metodología del Dane. Para él, la razón que explica todo esto es que "buena parte de la expansión económica se explica por el aumento en la demanda, pero gracias a la revaluación, esto ha implicado un repunte importante en las importaciones".

Así que si los colombianos compran más electrodomésticos, más vehículos y más productos importados, "estamos generando empleo, pero en España, México, Turquía y los países asiáticos", dijo Ricardo Bonilla, del Centro de investigaciones para el desarrollo, de la Universidad Nacional.

Esta es una de las hipótesis que más fuerza han tomado entre los analistas. Y el fenómeno se podría convertir realmente en una amenaza el próximo año. A septiembre pasado, mientras las exportaciones crecían al 15 por ciento, las importaciones ya iban en el 21 por ciento. Negro panorama, porque lo que ha venido marcando la pauta del empleo es el comercio y no la producción real.

Para 2007 hay una esperanza si se cumple el anuncio de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi): habrá más de dos billones de pesos en nuevos proyectos industriales y esto realmente puede empujar la demanda de mano de obra. Una buena expectativa.

Pero hay otro factor que se ha sumado al análisis del mercado laboral: la calidad del empleo que se está generando es deficiente. Es necesario que haya un debate a fondo sobre las cooperativas de trabajo asociado, porque es una modalidad de contratación que está en pleno auge. Según las cifras de Confecoop, ya son cerca de 3.000, lo que las convierte en las más representativas del sector por número de entidades; además, tienen 350.000 asociados, más de 2 puntos del empleo nacional. Adicionalmente, buena parte del empleo nuevo se está generando con este tipo de prestación de servicios.

Lo problemático del asunto es que gracias a este esquema, los empleados asumen el pago de los aportes a seguridad social y las empresas no hacen los pagos de parafiscales. El debate se debe dar, porque hay un punto de inflexión: ¿realmente vale la pena atacar el drama del desempleo a costa de generar peores condiciones de trabajo, aun para los que hoy cuentan con un puesto?

Aunque en el mercado laboral la situación es mejor hoy que a finales de los 90, el país aún está lejos de superar los problemas de fondo. Evidentemente, es algo a lo que hay que dedicarle mucho trabajo.