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¿QUE DA MAS? ¿ QUE ES MAS SEGURO?

Esta es la situación actual de las principales alternativas de inversión que existen en el país.

5 de febrero de 1990

Posiblemente un financista de esos que se pasean con propiedad por los mercados de valores de Nueva York o Tokio esbozaría una sonrisa sardónica. Porque la verdad sea dicha, las alternativas para invertir el dinero en Colombia estan como el mismo país: en vía de desarrollo. Pero también, al igual que el país, las opciones han venido creciendo con el tiempo. Hace apenas 20 años, cuando no existían ni siquiera el UPAC o los depósitos a término, no había muchas cosas que hacer con el dinero. Hoy en día hay una treintena de posibilidades, sin tener que recurrir a fórmulas estrambóticas, y algunas de ellas se pueden ejecutar sin tener que salir de la casa.
Y lo cierto es que si las cosas siguen como van, el número de posibilidades seguirá creciendo a medida que pase la década. Hechos tan evidentes como la modernización del país y la revolución tecnológica van a traer consigo mas alternativas para invertir el dinero, sin que se quiebren los principios básicos que deben determinar cualquier decisión: la seguridad, la rentabilidad y la liquidez. Dentro de ese marco, SEMANA presenta las opciones más conocidas.
Valores financieros
Esta es el área que más se ha desarrollado en los últimos años gracias a cambios en la legislación y la misma modernización del sector. Ahora si el inversionista cuenta con un menú de opciones bastante completo (ver recuadro) que le permite moverse dentro de plazos y rentabilidades diferentes. Algunas de estas opciones son relativamente novedosas y no son conocidas por el público en general.En materia de inversiones a corto plazo la innovación más sobresaliente es la entrada en vigor de las sociedades fiduciarias y las secciones fiduciarias de los bancos. Estas manejan un fondo de valores cuya rentabilidad global se le traslada a quien abre una oferta comercial (tal es el nombre del título que se expide), previo el pago de una comisión sobre los rendimientos. La rentabilidad es variable, pero la experiencia muestra que esta es bastante uniforme. Se pueden obtener tasas muy superiores a las de posibilidades como el UPAC.
Por su parte, en lo que tiene que ver con recursos de mediano plazo (a menos de un año) también se ha producido una mini-revolución debido al gran crecimiento del mercado secundario de certificados a término y aceptaciones bancarias. En ambos casos los títulos se compran al descuento (por debajo de su valor nominal) y su rentabilidad depende de la tasa del mercado. En 1989 las negociaciones de estos papeles en la Bolsa de Bogotá llegaron a casi 200 mil millones de pesos, un crecimiento cercano al 45% con respecto al año inmediatamente anterior.
Pero quizás la innovación más grande es la que ha venido teniendo lugar en las inversiones a largo plazo.Durante muchísimo tiempo la posibilidad de dejar dinero a más de un año estuvo restringida a los TER emitidos por la Financiera Eléctrica Nacional y a las Nuevas Cédulas de Inversión del Banco Central Hipotecario, papeles que por sus características no siempre se ajustaban a las necesidades de los inversionistas. Pero en 1989 se consolidó una tendencia que se había iniciado dos años atrás, cuando varias de las principales empresas del país empezaron a estudiar la posibilidad de lanzar al mercado bonos ordinarios, con el fin de financiar planes de ensanche o de reposición de équipos Esa estrategia se complemento con la entrada de los bonos de garantía general de las corporaciones financieras y las compañías de financiamiento comercial. En total, las emisiones aprobadas durante el año superaron la marca de los 50 mil millones de pesos, lo cual fue visto con buenos ojos por los especialistas. "Es la confirmación de que por fin se está desarrollando un mercado de capitales", le dijo a SEMANA un analista del sector financlero.
Los cambios que se han presentado últimamente deben alcanzar su madurez plena en esta década, dependiendo de que las condiciones que imperan ahora en la economía se mantengan más o menos constantes. Esa, precisamente, es la gran incógnita de quienes invierten en el mercado financiero, pues se sabe que en último término el nivel de la tasa de interés esta determinado por el de ciertos agregados económicos como la inflación. Si esta se dispara, sucedería algo similar a lo que se vive en Argentina o Brasil, donde el dinero se coloca o en dólares o a muy corto plazo.
No obstante, si nada de eso ocurre, el mercado de valores financieros sigue teniendo grandes atractivos para el ahorrador: una renta periódica fija y una seguridad alta. Por lo tanto, este sólo debe preocuparse por aprovechar en su favor los vaivenes de la tasa de interés durante el año. Esta normalmente es baja durante el primer semestre del año y comienza a elevarse a comienzos de julio, hasta alcanzar su nivel más alto en diciembre, época en la que el sector financiero tiene problemas de liquidez.Si un inversionista se asesora bien y está pendiente de los cambios del mercado puede obtener buenos rendimientos, con la seguridad de que su dinero está bien protegido.
Acciones
Aparte de los escándalos que se presentaron una que otra vez, este mercado fue el gran ausente en la década de los ochenta. Por más esfuerzos hechos por las autoridades y por más introducción de estímulos como la eliminación de la doble tributación, no se pudieron lograr objetivos como la reactivación del mercado y mucho menos la democratización accionaria. Esas circunstancias dieron origen a increíbles aberraciones, mediante las cuales los precios de las acciones en bolsa no reflejaban en muchos casos la verdadera situación de las empresas. En último término la inversión en estos papeles se le dejó o a los especuladores o a los grandes accionistas. Pero con el correr del tiempo esta alternativa perdió los atractivos que la hacen tan llamativa en otros países.
Sin embargo, puede ser que ahora sí las cosas vayan a cambiar. Todo se debe a dos proyectos de ley que fueron sancionados por el presidente Barco hace unos días. El primero contempla la emisión de acciones con dividendo preferencial y sin derecho a voto, una posibilidad que es usada en muchos países y que, por ejemplo, fue definitiva para que este mercado resucitara en Brasil. Como su nombre lo dice, esta nueva clase de títulos "sacrifica" el voto del accionista en la asamblea general de una empresa determinada, a cambio de un rendimiento más alto. Los estudios han demostrado que a los pequeños propietarios les interesa mucho más lo segundo que lo primero. Más aún, es muy probable que la emisión de acciones se vuelva ahora una fuente de recursos importante para las empresas. Con las pugnas de poder que se presentaron en las dos décadas pasadas en Colombia, los grupos económicos no quisieron arriesgar el control que poseían. Como consecuencia, se prefirió el endeudamiento a la capitalziación accionaria, arriesgando incluso la misma solidez de las empresas.
Esas preocupaciones deben terminar cuando se reglamente la ley que permite la emisión de acciones con dividendo preferencial y sin derecho a voto. Pero las posibilidades del mercado no terminan ahí. El Congreso también aprobó en la legislatura pasada la creación de Fondos de Valores de capital extranjero, similares a los que existen en otros países como Tailandia, España o Chile. La idea es que dichos fondos aquieran acciones de empresas colombianas y mediante la valorización de estas le den un rendimiento a sus inversionistas. Teniendo en cuenta que muchas de las acciones que actualmente se cotizan en bolsa se encuentran por debajo de lo que debería ser su valor de mercado, las posibilidades de crecimiento son bien grandes. De tal manera, para aquellos que quieran subirse en la montaña rusa de las acciones, el momento parece propicio. No obstante, como no todas las acciones tienen el mismo potencial, lo mejor es asesorarse bien antes de tomar una decisión.
Finca raiz
Los análisis no mienten. Esta probado que a través de los años la inversión en finca raíz es ideal para defenderse de monstruos del capitalismo moderno, como la inflación y la recesión. Sin embargo, 1989 fue uno de esos años en los cuales el largo plazo no funcionó. Porque la verdad sea dicha, el sector de la construcción no las tuvo todas consigo. Según el Departamento Nacional de Planeación su crecimiento en 1989 fue de apenas 1.2%, por debajo del promedio de la economía.
Ese pobre desempeño fue explicado en buena parte por los problemas en el área de la vivienda. La confusión que originó la reforma urbana tanto en términos de nuevos impuestos, como en el sentido de prohibir la financiación de vivienda de interés social bajo el sistema UPAC, ocasionó una importante reducción en la actividad constructora. Todo eso se combinó con una saturación de la oferta de vivienda para los estratos medio alto y alto.
Eso ocasionó que a pesar de que los costos continuaron subiendo, los precios de la vivienda no lo hicieran en la misma proporción. Aunque hubo las excepciones del caso, el año fue malo en general para los inversionistas en vivienda. Adicionalmente, otros factores entraron a influir en el mercado.
En el caso de Bogotá, por ejemplo, la distancia del centro se volvió importante, sobre todo a medida que los problemas de tráfico se vuelven cada vez mas graves. Esa consideración acabará transmitiéndose tarde o temprano a las demás ciudades en la medida en que estas crezcan. En resumen, aunque la vivienda sigue siendo una buena inversión, quien la adquiera debe tener en cuenta muchas mas variables. Todavía es posible hacer buenos negocios con apartamentos para los estratos medio y medio alto, pero también en este caso vale la pena extremar las precauciones.

Ganado
Desde su comienzo se sabía que 1989 iba a ser un año malo, pero pocos se imaginaron que llegara a ese extremo. Porque la verdad es que en materia de ganado las inversiones hechas en los últimos meses han resultado perdidas. La crisis que venía desde hace rato se combinó con un elemento inesperado: como consecuencia de la guerra contra el narcotráfico y la incautación de fincas y semovientes, la oferta de reses creció abismalmente y los precios se desplomaron. Tanto, que según las cifras del Dane, el precio de la carne en términos reales es el más bajo de los últimos cuatro años.
Frente a esa situación, la suerte de los inversionistas en ganado no ha sido la mejor. Quizás el único consuelo es que el fenómeno de bajos precios no puede durar indefinidamente. Los conocedores del sector afirman que a la vuelta de uno o dos años las circunstancias habrán cambiado y el sector pecuario volverá a ser negocio. Los más arriesgados piensan incluso que este es el momento para comprar y esperar que el péndulo se devuelva.
Cultivos
En cambio los agricultores tuvieron un gran año. Quizás con la única excepción de los cafeteros, los demás cultivadores se vieron beneficiados de una política de precios favorable y de un clima propicio. Como consecuencia de esa situación se estima que el crecimiento del sector fue cercano al 5% en 1989. A la cabeza de las siembras más rentables se ubicaron productos como la soya, el sorgo, el maíz o el arroz. Aunque cada cultivo es particular, algunos estimativos indican que la rentabilidad de la inversión bien pudo alcanzar niveles cercanos al 50%, una cifra nada despreciable.
Esos márgenes pueden disminuirse un poco durante este año. No obstante, los conocedores del sector consideran que el negocio seguirá siendo bueno mientras se mantenga la politíca actual de precios de sustentación fijados por el gobierno. El único temor por ahora es que la mala situación económica acabe ocasionando una reducción apreciable de la demanda de alimentos, pero esa es una preocupación a mediano plazo.
Las otras posibilidades
Si todas las alternativas anteriores no lograron interesarlo, probablemente a usted le gustaría ensayar por el lado de las loterias. Es cierto que hay actividades en las cuales se puede ganar mucho más, pero estas también entran a veces dentro de los juegos de azar. Tal es el caso del arte, donde un buen ojo y una buena compra pueden resultar muy productivos al cabo de unos años. No obstante, debido a que los datos sobre este mercado son confusos es imposible ir a la fija.
Dentro de todo este abanico de posibilidades, hay algunas que por lo menos quedaron descartadas definitivamente. La más destacada es la de los automóviles, pues con los problemas que tuvieron las ensambladoras en 1989, tanto los mercados del carro nuevo como del usado se saturaron.Los aumentos en precios estuvieron en ambos casos por debajo de la inflación, algo que según los especialistas tenía que ocurrir tarde c temprano. Colombia era de los pocos países en el mundo donde el valor de los automóviles de segunda mano subía constantemente. Ahora eso no es así y si a lo anterior se le agrega la apertura eventual de las importaciones, queda en claro que el carro en el país va a ser ahora sí lo que el sentido comun manda: un método de transporte y no una alternativa de inversión .
Cambios como el de los autos son la comprobación de que las alternativas de ahorro en Colombia continúan evolucionando. Tal va a ser el patrón en la década de los noventa. Seguramente habrá las consabidas crisis, pero en último término quien se va a beneficiar es el inversionista al poder tener más alternativas y más informaición. No hay duda de que si el país se desarrolla, los métodos de ahorro también. Esa es una de esas leyes del capitalismo que ha venido adquiriendo en Colombia cada vez más vigencia. -
CUADRO
PRINCIPALES ALTERNATIVAS DE INVERSION EN EL MERCADO FINANCIERO COLOMBIANO