Home

Economía

Artículo

¿QUIEN DA MAS?

Debate en torno a la renegociación de la deuda externa colombiana

21 de noviembre de 1983

Como se esperaba, el gobierno colombiano recibió en el Grupo de Consulta de París el apoyo del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional para su plan de endeudamiento externo de US$ 9.500 millones. Entre tanto, desde diversos sectores de opinión nacional, se notaban algunas reservas sobre el volumen de endeudamiento futuro y el servicio de la deuda que éste exigirá. El diario El Espectador, en un editorial de la semana pasada, señaló que "existen indicios de que se están cometiendo exageraciones, contrayendo riesgos, jugando con el futuro", al referirse a los nuevos préstamos que busca contratar el gobierno. El ex ministro de Hacienda liberal, Abdón Espinosa Valderrama, también indicó que "conviene a los funcionarios repasar el perfil de la deuda: su monto, sus plazos, sus intereses, sus acreedores", llamando la atención sobre los recursos externos que proyecta contratar en París el ministro de Hacienda, Edgar Gutiérrez Castro. En el mismo editorial, el diario bogotano calcula que para 1986 la deuda externa colombiana, tanto pública como privada, sumará aproximadamente US$ 20 mil millones, y el pago de intereses y amortizaciones anuales US$ 3.400 millones. Funcionarios oficiales consideran que esa suma es exagerada, pero que la deuda total sí puede acercarse a los US$ 16 mil millones, y con un servicio del endeudamiento cercano a los US$ 2.700 millones. En la actualidad, los ingresos corrientes por exportaciones suman US$3.600 millones anuales y el servicio de la deuda asciende a US$ 1.600 millones. O sea, que se requiere un esfuerzo exportador en los dos años siguientes para estar a la altura de las exigencias financieras de los préstamos que se contraten en la actualidad. Un aumento de las exportaciones no es un hecho que se pueda asegurar para el caso colombiano en los próximos años. El comercio mundial ha dado muestras de recuperación, pero no las suficientes como para reactivar las compras a los países latinoamericanos. Además, el incremento del intercambio se ha presentado entre las economías desarrolladas, y no de ellas hacia los países menos desarrollados.
Estas razones, sumadas al hecho de que hasta el mes pasado el país estaba perdiendo entre US$ 5 y 8 millones diarios de reservas internacionales, llevaron a que el ex presidente Pastrana Borrero pidiera al gobierno la renegociación de la deuda externa con sus acreedores, lo que significaría, de hecho, una devaluación del peso colombiano. Tanto el ministro de Hacienda, Edgar Gutiérrez, como la viceministra, Florángela de Arango, han reiterado que no habrá devaluación aunque tampoco niegan que la situación de balanza de pagos sea delicada. El ex ministro de Hacienda liberal, Rodrigo Botero, opinó en el editorial de la revista "Estrategia Económica y Financiera", que renegociar la deuda significaría volver a los tiempos de las cartas de intención con los organismos internacionales de crédito, cuando la débil situación externa colombiana obligaba a que se aceptaran las condiciones impuestas por esas instituciones. Sin embargo, el respaldo otorgado a Colombia en París, despeja de dudas el futuro cambiario del país, aunque algunos comentaristas opinan que esto no será por mucho tiempo.