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Regalo de Navidad

El éxito en las pruebas del Guavio augura una reducción del racionarniento en un 50 por ciento para diciembre.

30 de noviembre de 1992

LA HISTORIA RECIENTE DEL FIN DEL RACIOnamiento eléctrico o al menos de su reducción está llena de dolores de cabeza y predicciones fallidas. Durante los últimos dos meses la esperanza se centró en las barcazas, pero el cuento concluyó infelizmente. Como alternativa se auguraba un octubre con lluvias torrenciales y una vez finalizado acaba de ser declarado el más seco en una década. Con esas posibles soluciones fracasadas al Gobierno no le quedó otra alternativa que decretar aumentos en los horarios de los apagones y pedir nuevamente colaboración para el ahorro. Sin embargo en medio de tan malas noticias, el fin de la semana que pasó culminaron felizmente las pruebas mecánicas y técnicas preliminares de la primera unidad de generación de la Hidroeléctrica del Guavio.
Ese hecho abre una luz al final del túnel. Aunque nadie se atreve a dar la cara para anunciarlo, en previsión de que algún contratiempo extra pueda revolver nuevamente el avispero y alborotar el síndrome del pastorcito mentiroso, hay quienes aseguran que a mediados de diciembre próximo el racionamiento se reducira al menos a la mitad. Y en un lapso no superior a tres meses se eliminará totalmente. Porque la entrada en operación, por fin, del Guavio, tiene tal magnitud que de un "totazo", además de la contribución de generación eléctrica que involucrará, hará crecer por lo menos en un 50 por ciento las reservas de agua del país.
Lo cierto es que durante los últimos cinco meses, en los cuales se ha desarrollado el proceso de trabajo acelerado para sacar adelante la Hidroeléctrica del Guavio, se ha logrado adelantar en volumen lo que se hacía en la obra en un año y medio de labores. Durante el puente que acaba de pasar se culminó con el programa de llenado del túnel que lleva el agua de la represa a las turbinas generadoras y durante esta semana se realizará la prueba mecánica y eléctrica de funcionamiento de la turbina.
En esas condiciones comienza una etapa decisiva en la que el trabajo es comparable al de una orquesta. Todos los instrumentos se afinan y se van probando hasta que puedan actuar conjutamente. La cosa está ya tan adelantada que casi que podría asegurarse que Guavio podría empezar a generar mañana, pues hay agua, generador, turbinas y líneas de interconexión listas. Sin embargo la cosa no es tan fácil como pinta. Puestos todos los elementos en sintonía habrá que ejecutar las pruebas finales y dar el paso definitivo. Esta semana, por ejemplo, se pondrá en funcionamiento la turbina, una máquina de 450 toneladas de peso que en condiciones normales funcionará a 450 revoluciones por minuto, pero que para pruebas tendrá que hacerlo a 600.
En otras palabras los instrumentos deben funcionar acordes en esta orquesta y no sólo producir ruido, por producirlo. Lo que sucede hoy por hoy es que el cronograma trazado cinco meses atrás se está cumpliendo a la perfección y el único grado de incertidumbre tiene que ver con que por ejemplo no se logre la sincronización perfecta de las máquinas. Según un experto suizo, el mejor en su campo en el mundo, la sincronización puede tardar una semana o dos o tres, dependiendo de la fortuna como maren las cosas.
Pero además de que al menos en este campo no hay malas noticias lo cierto es que el peso de la responsabilidad de este esfuerzo está sobre las espaldas de Alberto Calderón Zuleta, Gerente de la Empresa de Energía de Bogotá. Nadie duda que fácilmente está jugándose el pellejo en esta dura tarea y por el momento tiene todos los ases a su favor. Porque detrás del funcionamiento no sólo están los 200 megavatios que generará Guavio en diciembre y los otros 200 que tendrá en enero (cuando entre en operación la segunda unidad) sino el impacto que tendrá sobre los recursos de agua.
Actualmente las represas del país cuentan con reservas para generar 4.600 gigavatios. El Guavio tiene en su seno la capacidad para generar 2.500 gigavatios. Eso quiere decir que podrá producir más energía con reservas de otras represas, una vez entre en operación la primera unidad del Guavio. Teniendo en cuenta que hay un ahorro suficiente en Guavio para respaldar el sobregiro generado en otras zonas, más adelante se compensará con la producción de las nuevas unidades de la hidroeléctrica que se vayan poniendo en marcha. Es tan imortante el acontecimiento que cada una de las controvertidas barcazas traídas a Colombia sólo podía generar apenas 20 megavatios, lo que da una idea de la magnitud del asunto. Técnicos consultados por SEMANA advirtieron tajantamente que con las reservas de agua del Guavio y con las cinco unidades que generarán 1.000 megavatios a más tardar en junio de 1993, se posibilita que no haya racionamiento durante todo el año así no llueva una sola gota.
En síntesis, uno de los grandes culpables del racionamiento lo estará dando por terminado en cosa de meses. Era al menos lo mínimo que se podía esperar dirán muchos, pero en medio de tanto sinsabor en torno al tema, con Guavio en operación la Navidad seguramente podrá ser otra. Pero yendo un poco más lejos en optimismo, con Colombia interconectada a Venezuela con las térmicas de Ecopetrol a todo vapor y con la planta de turbogas de Chinú el cuento podrá tener un final muy distinto.