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RESBALON EN WALL STREET

Contra todas las expectativas, la bolsa de Nueva York entra en barrera.

7 de enero de 1985

No fue precisamente la repetición del "jueves negro" de 1929, pero la semana pasada en Wall Street se vieron decenas de caras preocupadas cuando en forma inesperada el índice de valor de las acciones, Dow Jones, cayó a su nivel más bajo en cuatro meses. Cuando ya los corredores de bolsa suponían que se presentaban todas las condiciones para que el mercado reviviera, el anuncio por parte del gobierno respecto a un nuevo plan de impuestos para recortar el abismal déficit fiscal norteamericano, produjo verdadero pánico en los vetustos salones de la Bolsa de Nueva York.
Lo sucedido resultó paradójico, si se mira a la luz de lo ocurrido con la tasa de interés norteamericana, la cual ha venido disminuyendo en las últimas semanas. Tradicionalmente, una caída en el Prime Rate resulta en una subida de las ventas de acciones, pues para los inversionistas éstas resultan más rentables. Adicionalmente, las noticias sobre una disminución en el ritmo de crecimiento de la economía estadinense debían alentar a la gente a ir a la bolsa, pues, según los analistas, había pasado el peligro de un "recalentamiento" del sistema, alejando los temores sobre aumento en la inflación. Hechas semejantes consideraciones, no resultó extraño que buena parte de los corredores adquirieran acciones "apostando" que su precio iba a subir en el futuro inmediato. Cuando ello no ocurrió, lógicamente los perdedores se multiplicaron por miles.
Aparentemente, todo fué causado por la presentación hecha por el secretario del Tesoro, Donald Regan, quien ante el Congreso norteamericano propuso una reforma sustancial en la estructura de los impuestos, que de ser aprobada, constituiría el hecho más destacado de ésta mitad del siglo. Bajo la idea, los individuos acabarían pagando menos tributos, al tiempo que las industrias y demás empresas terminarían asumiendo la mayor parte del costo de la reforma. Si bien los repetidos sondeos hechos en el Congreso demostraron que no había posibilidades de que la iniciativa resistiera los debates, el clima de "paranoia" que normalmente se vive en Wall Street en el último mes del año (todo el mundo quiere evitar las pérdidas) precipitó que en cuestión de horas la tan anunciada recuperación del mercado accionario, se convirtiera en una debacle que dejó pérdidas millonarias.
Una vez iniciada la avalancha ya era muy difícil detenerla. Si bien a mediados de la semana anterior, los rumores sobre una "lucha" por el control de dos empresas petroleras evitaron que el índice Dow Jones siguiera cayendo, el pesimismo se había generalizado. La tragedia de la planta de Union Carbide en la India bajó el precio de las acciones de la compañía, y arrastró consigo a un buen número de papeles similares. Aunque normalmente a mediados de diciembre se presenta un gran movimiento de acciones que le acaba arreglando la cara a las compañías del ramo, a finales de la semana anterior la confusión era tanta que en realidad nadie sabía si a Wall Street le había llegado su hora nona.