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SALTO LA LIEBRE

La disparada de los precios en julio ha aumentado el pesimismo sobre los resultados de la inflación para el presente año.

9 de septiembre de 1996

No hay manera mas segura de perder plata que apostarle a la cifra de inflación. Aunque todo el mundo sufre el crecimiento de los precios son pocos los que se atreven a descifrar su comportamiento. La buena noticia para los apostadores más prudentes es que podrían tratar de ir a la fija jugándole a lo que ha pasado en los últimos tiempos: aunque la meta oficial no se cumple cada año la inflación es menor. La mala noticia es que, como van las cosas, nada garantiza que esa tendencia se mantenga.Y es que los resultados recientes dejaron a más de uno con la cara larga. En julio los precios crecieron 1,5 por ciento, el aumento más alto para ese mes en los últimos cuatro años. Lo grave del asunto es que, si las cosas siguen así, se puede romper la tendencia descendente que ha tenido la inflación desde cuando la Constitución puso a funcionar a la Junta Directiva del Banco de la República como ente independiente, con el mandato de controlar los precios (ver gráfico).Claro que las opiniones sobre el efecto final del brinco de julio son variadas. Según Armando Montenegro, director de Anif, "es difícil que la inflación en el presente año baje de 21 por ciento". Otros son más optimistas. Para Hernando José Gómez, codirector del Banco de la República, "aunque la meta oficial de este año no se va a cumplir la inflación seguirá bajando. Todos los indicadores anticipados muestran que el ajuste se sigue dando y los resultados se verán en el primer trimestre del año entrante".Y lo cierto es que todas las condiciones están dadas para que la inflación caiga en picada. Según los principios económicos básicos, los precios deberían subir cuando hay excesos de demanda. Sin embargo la desaceleración por la que atraviesa la economía colombiana hace pensar en cualquier cosa menos en ese tipo de desequilibrios. De hecho, la caída de la demanda ha llevado al aparato productivo a estar en el nivel más bajo de utilización de su capacidad instalada desde 1991, mientras que el desempleo ya bordea el 12 por ciento. De otra parte, el manejo monetario sigue siendo austero, lo que ha contribuido a frenar aún más la economía a través de las altas tasas de interés.Ante un panorama económico marcado por la desaceleración, ¿cómo se explica que pueda aumentar la inflación? Para Montenegro hay dos elementos que explican la rebeldía de los precios: "En el primer semestre la economía sintió el impacto que tuvo la devaluación del año pasado sobre los costos de los productos importados. Y ahora lo que estamos viendo es una aceleración de los precios de los bienes y servicios controlados por el gobierno: por ejemplo, el precio de los servicios públicos aumentó casi 5 por ciento solamente en el mes de julio".Lo que está claro es que entre los rubros que más han jalonado los precios al alza en lo corrido del año aparecen la energía y los costos relacionados con la educación. Y en ambos casos los ajustes tienen que ver con decisiones del gobierno (ver gráfico). Según Montenegro, "estamos pagando los costos del Pacto Social. El gobierno ató las manos de las empresas públicas con el pacto y ahora que están reventadas no tiene más remedio que hacer los ajustes del caso". En el caso de la educación las grandes alzas son el resultado de dos factores. Por un lado, una sentencia de la Corte Constitucional que obligó a los colegios privados a igualar los salarios de sus profesores con los del sector público. Por otro, la polémica disposición de la Ley General de Educación, según la cual el sistema de cobros de pensiones y matrículas debería asociarse a la calidad de la educación prestada.Lo cierto es que buena parte de lo que suceda con la inflación al final del año dependerá del comportamiento de los precios de los alimentos. Según Gómez, "teníamos temor de que los alimentos dieran un coletazo como el que dieron en julio. Pero el régimen de lluvias está excelente y los alimentos no deben dar más sorpresas en lo que queda del año". Para Montenegro las cosas no son tan claras: "El alza de 1,4 por ciento en el precio de los alimentos en julio marca el comienzo de un proceso ascendente en los próximos meses, que debe guiar el aumento general de la inflación".Pero, más allá de este debate, son muchos los que piensan que si el gobierno se disciplina en el gasto, después de este año el panorama en cuestión de precios debería mejorar. De hecho, aumentos como los de la educación deben darse una sola vez, y si las empresas públicas cultivan la austeridad después del ajuste actual no debería haber nuevos sobresaltos en el frente de las tarifas. Claro está que sobre los resultados finales es mejor no apostar porque, en materia de inflación, cuando menos se espera...