La mala hora de Samsung

Samsung, el gigante tecnológico y el orgullo de Corea del Sur afronta uno de sus peores momentos. A los problemas surgidos con su teléfono inteligente Galaxy Note 7, que tuvo que ser retirado del mercado, se acaban de sumar los tropiezos con una línea de lavadoras.

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Según una agencia de protección al consumidor de Estados Unidos, por lo menos 2,8 millones de estos electrodomésticos tienen problemas relacionados con su tapa, que puede desprenderse inesperadamente, ocasionando riesgos a los usuarios. Ya se han recibido más de 700 reportes por una vibración excesiva y desprendimiento de la parte superior. Por eso serán retiradas del mercado.

Este es un nuevo golpe a una compañía que todavía no se ha podido recuperar del mayor descalabro sufrido en los últimos años, relacionado con los problemas de su teléfono Galaxy Note 7. A los pocos días de salir al mercado las baterías de cientos de aparatos comenzaron a explotar. La situación llegó a niveles tan complicados que el uso de estos celulares fue prohibido en vuelos en Estados Unidos.

Tras las denuncias de los usuarios la compañía no tuvo más remedio que comenzar a retirar del mercado 2,5 millones de estos celulares. El golpe para su reputación fue tan grave que Samsung anunció que no volvería a fabricar aparatos de la serie Galaxy Note 7. Y lo fue más si se tiene en cuenta que la compañía coreana había lanzado días antes este smartphone antes de que lo hiciera su archirrival Apple. La compañía de la manzana, de Palo Alto, California puso en el mercado su teléfono inteligente el iPhone, que fue muy bien acogido por los millones de seguidores que tiene en todo el mundo.

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A pesar del gran reconocimiento de los teléfonos de Apple, Samsung había logrado superarla en ventas. Por eso este nuevo revés para Samsung es muy complicado porque tendrá que demostrar que sigue siendo líder en innovación. Hay que recordar que la multinacional fue fundada en 1938 y que hoy es un gran conglomerado con tentáculos en los sectores asegurador, de tecnología, construcción civil, entre otros.

En el sector de la tecnología dicen que este es el mayor fracaso que ha tenido la compañía asiática en toda su historia y que el impacto económico puede ser muy grande ya que las pérdidas podrían superar los 3.000 millones de dólares en el último trimestre.

Pero a pesar de este fracaso, a los que se suman los problemas en las lavadoras, la compañía puede salir adelante, aunque le costará sudor y lágrimas en el camino.