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SE ABRIO LA CAJA

Colombia firma en Nueva York los contratos de préstamo por mil millones de dólares

13 de enero de 1986

Es probable que para los botones que pasean por 105 lujosos corredores del Hotel Barclay en pleno centro de Manhattan, el acto no sea más que una rutina. Pero lo cierto es que cuando este martes a las 11 de la mañana se cumpla en el salón Astor de la edificación la cita entré las autoridades económicas del país y los representantes de más de 250 bancos privados internacionales, Colombia estará completando una hazaña a la luz de los mercados financieros-del mundo.
En efecto, doce meses después de que con grandes esfuerzos se lograra concertar una reunión entre el gobierno colombiano y los desconfiadas banqueros, el país llega a la etapa final de uno de los procesos de negociación más intensos y agudos de que se tenga noticia. Al cabo de interminables reuniones y complejas discusiones, Colombia se apresta a recibir mil millones de dólares con destino a una serie de proyectos de desarrollo interno (ver recuadro). La consecución de los préstamos es especialmente importante considerando lo sucedido en las economías del bloque capitalista desde 1982, cuando el cese de pagos internacionales por parte de México abriera oficialmente la temporada de crisis de la deuda externa.
En esos tres años los mercados financieros se han cerrado en forma casi total y sólo se han abierto tímidamente para aquellos países que han adoptado compromisos formales de comportamiento económico con el Fondo Monetario Internacional. Las consecuencias de los programas de ajuste recetados por el FMI son ampliamente conocidas, y pese al tiempo pasado, la bomba de la deuda sigue haciendo tic-tac y amenaza con explotar en cualquier momento.
Ante este panorama, es evidente por qué el caso de Colombia ha sido señalado en varios foros como una alternativa diferente para atacar el problema. Inclusive, se afirma que el país ha sido el primero en poner en práctica los preceptos del plan Baker, sobre el pago de la deuda externa, expuestos por el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos hace un par de meses en Seúl.
Sin embargo, pese a que el país se haya convertido en la "excepción dorada", como alguna vez la llamara La revista Euromoney, la consecución de los préstamos le ha implicado una serie de sacrificios sin precedentes. Aunque el gobierno colombiano no ha firmado ningún documento formal con el Fondo Monetario, existe cambio una monitoría trimestral por parte del organismo, que examina la consecución de una serie de metas de comportamiento económico. Esa metas fueron "concertadas" entre lo técnicos del gobierno y los del FMI el abril de este año, y aunque se reconoce que se contó con mayor grado de independencia, no por eso el programa de ajuste ha dejado de ser menos duro. Los salarios y la inversión pública han caído en términos reales el desempleo ha aumentado y existe un clima de recesión general en el sector productivo.
Supuestamente, el fin de esa época llega con la firma de los contratos de préstamo. Aun los más escépticos reconocen que el país ha hecho mérito de sobra para empezar a recoger los frutos de su esfuerzo.
Es por esa razón que los anuncios sobre el futuro son francamente optimistas. Semejante impresión fue presentada por el ministro de Hacienda ante el Congreso la semana pasada cuando con ocasión del debate en el que se aprobó el proyecto de financiamiento del déficit fiscal para 1986 el titular de las finanzas públicas sostuvo que el panorama se presenta despejado. Los cálculos oficiales afirman que la tasa de crecimiento de la economía durante el próximo año superará el 4%, contra cerca de un 2.5% en 1985. Igualmente, se habla de un incremento sustancial en las exportaciones, un menor ritmo de devaluación, mayores aumentos en los salarios y mayor existencia de divisas para importar.
Ese pensamiento debe pasar por la mente de los miembros de la delegación colombiana, que al salir del acto en el hotel Barclay, se deben encontrar con un Nueva York engalanado para las fiestas de fin de año. Originalmente, los contratos de préstamo se debían haber firmado el 31 de agosto a finales del verano, pero la existencia de una serie de contratiempos obligaron al aplazamiento repetido de la firma, con lo cual resulta inevitable pensar que Colombia también recibió su regalo de Navidad, así en el futuro tenga que pagarlo a plazos. --
LAS CONDICIONES: "LO MEJOR POSIBLE"
La firma de los contratos de préstamo internacional que se debe realizar esta semana, estuvo marcada por una serie de contratiempos que en determinado momento hicieron pensar en un rompimiento de las negociaciones.
Uno de los principales puntos de conflicto fue el de que la banca comercial insistió en una solución rápida a los problemas que afrontaban varias empresas colombianas para atender el pago de su deuda externa.
Concretamente en el contrato de préstamo se hace una solicitud expresa sobre cuatro temas: aumento en las tarifas de Avianca (reajustadas recientemente), solución al problema del Banco de Colombia, refinanciación de las deudas del Idema, y el pago de las obligaciones atrasadas del ICEL de un préstamo de cien millones de dólares.
Adicionalmente, el documento de préstamo establece que los desembolsos van a estar condicionados a la evaluación trimestral que haga el Fondo Monetario sobre el desempeño de algunos agregados de la economía.
Según el cronograma de desembolsos, los bancos deben entregar 515 millones de dólares el 31 de enero de 1986 y cuatro cuotas iguales de 122 millones de dólares al finalizar cada trimestre del próximo año.
De esa suma, 277 millones están destinados a la República de Colombia, 100 millones más al Banco de la República con el fin de fortalecer el fondo de capitalización del sector financiero, 423 millones para Carbocol, y 200 millones de dólares más para que Ecopetrol se ponga al día en las erogaciones correspondientes a la construcción del oleoducto que transportará el petróleo de Arauca.
Las condiciones de los préstamos incluyen 8 años y medio de plazo con tres años de gracia a una tasa de interés del Libor más uno y medio puntos para los bancos europeos y del Prime más uno y un octavo puntos para los bancos norteamericanos. Al cabo de 4 años, la tasa pasa a ser de uno y tres octavos sobre el Libor y de uno sobre el Prime, respectivamente.
Lo anterior indica que el país debe hacer pagos por 10 millones de dolares en septiembre y diciembre de 1988, de 15 millones de dólares en marzo y junio de 1989, y de 50 millones de dólares cada trimestre desde septiembre de 1989 hasta marzo de 1994.
Pese a que las condiciones pueden parecer onerosas y hasta cierto punto humillantes conocedores del tema afirman que el contrato firmado por Colombia es ventajoso si se le compara con documentos similares firmados por otros países latinoamericanos. Tal como comentara uno de los negociadores del gobierno, "créame que conseguimos lo mejor posible". --