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Aunque no se puede hablar de una desaceleración dramática de la economía colombiana, hay señales que indican que varios sectores están creciendo a un ritmo menor. Los analistas pronostican que la economía crecerá este año entre 4 y 5 por ciento, inferior al 5,9 por ciento del año pasado. El mayor factor de incertidumbre es la crisis de la Eurozona.

INCERTIDUMBRE

Se enfría el motor del crecimiento

En el primer trimestre del año, la industria, el comercio y la construcción redujeron sus tasas de crecimiento. La cosecha cafetera sigue muy baja y el crédito se encareció. Soplan vientos fríos en la economía internacional. Es mejor andar con cautela.

26 de mayo de 2012

Hay señales que muestran que la economía colombiana ha comenzado a desacelerarse. La producción industrial, según el Dane, cayó en marzo 0,9 por ciento, algo que no se veía desde hace casi 29 meses. La caída se dio en la mitad de los 48 subsectores. Por su parte, en el primer trimestre el sector manufacturero creció 1,7 por ciento, por debajo de lo que esperaban los analistas.

El comercio también perdió ritmo. Las ventas minoristas aumentaron 6 por ciento en el primer trimestre de 2012, la mitad que en el mismo período del año pasado. Este comportamiento se debió en buena parte a que se redujo la venta de vehículos automotores y motocicletas.

Por el lado de las licencias de construcción, los datos del Dane muestran que se desaceleraron. En marzo cayó en 37,8 por ciento el área aprobada frente al mismo mes del año pasado, explicada por la disminución en las licencias para vivienda (cayó 41,9 por ciento). En el acumulado del primer trimestre, se aprobaron 20 por ciento menos licencias.

Aunque no se puede hablar de una desaceleración dramática, si se está ratificando que este año no se repetirá el extraordinario crecimiento de 2011. Juana Téllez, economista jefe del BBVA Colombia, señala que la desaceleración que se observa es saludable y no cree que se vaya a dar un aterrizaje fuerte de la economía para lo que resta del año. Para el exministro de Hacienda Óscar Iván Zuluaga, es mejor tener cautela y no hacer cuentas alegres, porque la situación definitivamente no es la misma del año pasado.

La verdad es que la mayor incertidumbre proviene del frente internacional. El ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, dijo hace un par de semanas que hay que ser cuidadosos, pues de Europa vendrán tiempos difíciles. "Este es un mensaje a los trabajadores, empresarios, banqueros y al gobierno: vienen 12 o 18 meses que no serán nada fáciles", señaló el ministro, que es usualmente optimista en sus comentarios económicos. "Yo veo muy complicada la situación de Europa, de Grecia en particular y de la banca europea".

Aunque señaló que la ventaja es que Colombia no tiene nexos fuertes, ni financieros, ni comerciales con Europa que hagan al país muy vulnerable, sí reconoció que las economías del Viejo Continente representan una cuarta parte del PIB mundial: "Dado el tamaño de lo que puede pasar en Europa, sus efectos sobre el PIB mundial pueden generar una oleada".

Y la cautela significa, entre otras cosas, comenzar a bajarle el ritmo a la entrega del crédito por parte de los bancos. Si bien el crecimiento de la cartera se ha moderado, todavía sigue con gran dinámica. Por ello el gobierno ordenó a los bancos hacer provisiones adicionales (reservas de dinero) en la medida en que la cartera de consumo presente mayores deterioros. Según el ministro de Hacienda, "es necesario promover el sano crecimiento del crédito de consumo para prevenir problemas futuros".

Dado el escenario internacional tan incierto, es mejor no tomar demasiados riesgos. Según los pronósticos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, el agravamiento de la crisis de la Eurozona constituye el mayor riesgo para la reactivación de la economía mundial, en un momento en que Estados Unidos y Japón tienen crecimientos aún modestos. Además, China se desaceleraría a 8,2 por ciento este año, su tasa más baja en más de una década. Esto que parece pequeño tiene un gran impacto para los países emergentes como Colombia, que venden materias primas a ese mercado asiático. El menor crecimiento económico mundial también está afectando el consumo del petróleo, cuyo precio ha venido bajando. El efecto es negativo para las exportaciones colombianas.

Pese a la desaceleración, que ya se observa en el frente interno, y al incierto escenario internacional, los analistas mantienen un pronóstico de crecimiento para 2012 de entre 4 y 5 por ciento. La verdad, nada mal, para tiempos económicos tan complejos.