Home

Economía

Artículo

SIN TRABAJO

EL DESEMPLEO SERA LA PIEDRA EN EL ZAPATO PARA LA ECONOMIA DEL 2000.

18 de octubre de 1999

Las perspectivas de empleo para 2000 siguen siendo desalentadoras pese a las
expectativas de reactivación de la economía colombiana. Y aunque se trata de una tendencia mundial _o tal
vez por eso mismo_ es claro que este frente es el que plantea los mayores retos para los conductores de la
política económica del país en los años por venir.
En el primer semestre de 1999 la tasa de desempleo alcanzó la cifra récord de 19,8 por ciento _cerca de 3
puntos porcentuales más que el año pasado_, lo que significa que uno de cada cinco colombianos en edad
de trabajar estaba sin empleo. En términos absolutos, Colombia tiene en la actualidad 1,5 millones de
desempleados. Y a ellos se suman 1,3 millones de trabajadores más que están siendo 'subutilizados'. Y
cada día son más frecuentes las reestructuraciones en las nóminas de las empresas que siguen aumentando
el número de vacantes.
La esperanza en este campo está en la reactivación. Miles de colombianos esperan que la generación de
puestos de trabajo vaya de la mano de la reactivación pronosticada por la mayoría de los analistas.
Pero la verdad es que el crecimiento en el nivel de empleo será un proceso muy lento por cuanto existe un
rezago entre la reactivación del aparato productivo y la generación de nuevas fuentes de trabajo. Según
Javier Fernández Riva, director de Prospectiva Económica, "un aumento en la tasa de empleo sólo podrá
darse si la economía colombiana crece durante varios años a niveles superiores a 4 por ciento".
Y es que el problema del desempleo no se explica únicamente por un componente cíclico o por una
desaceleración temporal de la actividad económica. Por el contrario, buena parte del mismo tiene raíces
mucho más profundas. Según Armando Montenegro, director de Anif, "gran parte del desempleo colombiano
es de carácter estructural y no puede superarse solamente con una recuperación cíclica".
El desempleo estructural resulta en parte del hecho de que el grueso de los trabajadores colombianos no
cuentan con una formación que esté a tono con los perfiles laborales que requieren los empresarios de hoy.
Según Roberto Steiner, director del Cede de la Universidad de los Andes, "los empresarios
sistemáticamente se quejan de que necesitan obra de mano pero no encuentran las personas con las
calificaciones necesarias para la ejecución de las actividades requeridas". A esto se le suma el hecho de que
en los próximos años la generación de empleo ya no girará alrededor de sectores manufactureros sino de
nuevos campos, como el de la informática, la telemática y las telecomunicaciones.
Esa es la razón que ha vuelto imprescindible una reforma laboral que permita flexibilizar el mercado de
trabajadores en Colombia. Sólo con ella, de acuerdo con las autoridades, se podría aumentar la capacidad de
respuesta y de adaptación de las empresas a los cambios del entorno y las condiciones económicas. Según
Steiner, "la flexibilización del mercado laboral no tiene nada que ver con la posibilidad de contratar y
despedir gente. Tiene que ver, por el contrario, con la posibilidad de que los salarios sean flexibles, de
manera que en época de vacas flacas sean éstos los que se ajusten y no el número de gente que trabaja".
No será fácil, por lo tanto, que las tasas de desempleo bajen de manera considerable el año entrante. Y
eso no deja de ser preocupante. Una desocupación de 18,9 por ciento es una gran barrera que hay que
sortear para que el país pueda entrar al próximo siglo con una economía sólida y sostenible.