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SUENAN TIMBRES

Los balances de junio muestran signos de resentimiento en la industria colombiana.

2 de septiembre de 1991

CUANDO EL RIO SUENA, PIEdras lleva. Desde que el Gobierno inició el proceso de control monetario para meter en cintura la desbordada inflación, muchas voces aseguraron que el primer afectado iba a ser el sector productivo colombiano. Las cifras de los balances del primer semestre de 1991 muestran a una industria que, con algunas excepciones, se resiente y a un sector financiero que vuela en sus utilidades.

Para los empresarios, los resultados no podían ser otros. Desde hace varios meses venían asegurando que las restrictivas políticas oficiales tendrían un efecto altamente negativo sobre la producción industrial y, por consiguiente, sobre sus resultados económicos. Y, según ellos, las cifras no mienten. Aunque siguen ganando, la mayoría de las empresas muestran una fuerte caída en sus utilidades. Y eso puede ser un síntoma peligroso.

Pero ya no son únicamente los industriales los que ven con incertidumbre el futuro. El mismo presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, Javier Fernández Riva, reconoce que