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Este año la moneda europea alcanzó los precios en dólares más altos de su historia. ¿Seguirá fortaleciéndose en 2005?

12 de diciembre de 2004

En los últimos meses, ante la permanente caída del dólar, usted probablemente se ha visto tentado a comprar euros. El desprestigio mundial del billete verde ha vuelto atractiva la moneda única europea, cuyo precio en dólares este año ha alcanzado los niveles más altos de su historia. La semana pasada se cotizó a 1,34 dólares por euro y acumuló así una valorización de 7 por ciento en lo corrido de 2004 y de 50 por ciento desde que comenzó a circular en la calle, en enero de 2002.

Sin embargo, para los colombianos que este año decidieron alejarse del dólar e invertir su dinero en euros, el negocio no ha sido rentable. Los compraron a casi 3.500 pesos en enero y hoy podrían venderlos a sólo 3.300 pesos. Como en el país el euro no se cotiza directamente, es necesario primero pasar por el dólar. Así, por ejemplo, para averiguar el precio actual de la divisa europea se multiplican los 1,34 dólares que cuesta un euro por los 2.455 pesos que cuesta un dólar. El primer precio ha aumentado 7 por ciento desde enero de 2004, pero el segundo ha caído 11 por ciento. Por eso, al final, las inversiones de los colombianos en euros han perdido valor, aunque menos que las denominadas en dólares.

Apostarle a una subida del euro en 2005 no es una decisión fácil. No sólo porque depende de que la tasa de cambio peso-dólar deje de caer en Colombia, sino también porque en los mercados financieros internacionales ya han comenzado a surgir dudas sobre si el euro seguirá fortaleciéndose respecto al dólar el año entrante.

Un dólar enfermo

El apetito de los inversionistas por el euro no responde a que las economías de los 12 países europeos que utilizan esa moneda estén en auge. Todo lo contrario: la zona del euro este año crecerá apenas 2,2 por ciento, mientras que Estados Unidos o China lo harán a tasas de 3,6 y 9 por ciento respectivamente, según pronósticos del Fondo Monetario Internacional. ¿Por qué entonces está de moda el euro?

La respuesta de los analistas es unánime: porque el dólar está enfermo. Los consumidores y el gobierno de Estados Unidos están gastando y endeudándose a un ritmo que ha minado la confianza en la estabilidad de su moneda.

La atención de todos los economistas en el mundo, empezando por la del secretario de la Reserva Federal, Alan Greenspan, está centrada en el déficit comercial de Estados Unidos, es decir, la diferencia entre sus importaciones y sus exportaciones, que este año alcanzará la escandalosa cifra de 631.000 millones de dólares, casi 5 por ciento del PIB gringo. Aunque históricamente ese país ha importado mucho más de lo que exporta, la diferencia nunca había sido tan grande.

La preocupación que despierta ese gigantesco déficit es de dónde saldrá la plata para financiarlo. Hasta ahora Estados Unidos ha resuelto el problema con los dólares que recibe de los inversionistas extranjeros, para quienes comprar activos en ese país, como bonos del gobierno norteamericano, ha sido tradicionalmente un negocio rentable y de bajo riesgo. Sin embargo, algunos de ellos han comenzado a pensar que su dinero está en la moneda equivocada, pues el dólar, que en otras épocas era sinónimo de estabilidad y fortaleza, está cada día más débil. "Estados Unidos tiene hábitos inapropiados para ser el guardián de la principal moneda de reserva del mundo: un endeudamiento público rampante, un desaforado gasto de los consumidores y un déficit comercial que hace algún tiempo hubiera llevado a la quiebra a cualquier otro país", sentenció la prestigiosa revista The Economist en su más reciente edición.

Frente a estas inquietudes respecto al dólar, el euro aparece como una buena alternativa de inversión. Pero, contrario a lo que podría pensarse, los europeos están cada vez más preocupados por la fortaleza de su moneda. La razón es simple: los productos que exportan hacia Estados Unidos se encarecen y eso les resta competitividad. Empresas como Volkswagen o Siemens han reportado reducciones en sus ventas y sus utilidades por causa del aumento en la cotización del euro. En el tercer trimestre de este año, las exportaciones de Alemania, la economía más grande de Europa, cayeron por primera vez en los últimos 18 meses.

Por eso, los ministros de finanzas de la zona euro y el presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, han prendido las alarmas. El lunes de la semana pasada instaron a Estados Unidos a 'hacer la tarea' de reducir sus desajustes fiscales y comerciales para impedir que el euro siga subiendo. En otras palabras, les piden que gasten menos y ahorren más. El gobierno de Washington, sin embargo, parece estar satisfecho con que todos los días sus exportadores reciban más dólares por cada euro, pues de esa forma estimula las ventas a Europa y reduce el déficit comercial. Esa actitud de las autoridades estadounidenses y la posibilidad de que en los próximos días el euro sobrepase la barrera simbólica de 1,35 dólares han despertado rumores sobre una eventual intervención del Banco Central Europeo en los mercados cambiarios para detener la revaluación de su moneda.

En medio de este enredado escenario, los expertos consultados por SEMANA coinciden en que la mayor parte de la subida del euro ya se dio. Para el banco de inversión Credit Suisse First Boston, es poco probable que el año entrante el euro se negocie por encima de 1,35 dólares. JPMorgan, por su parte, prevé que en diciembre de 2005 la moneda europea se cotice a los mismos 1,34 dólares que está hoy. Las inversiones en euros no pintan entonces tan rentables como lo fueron en 2003 y, parcialmente, en 2004.

De cualquier forma, meter los ahorros en una sola moneda no es una buena idea. Quienes este año le apostaron a una subida del dólar aprendieron esa lección a la fuerza. 'Pegarles' a los vaivenes de las tasas de cambio es un juego arriesgado, tanto como puede serlo un 'carisellazo'.