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TIMBRES DE ALARMA

Cinco expertos (de diversas tendencias) difieren en los remedios propuestos para sacar a flote nuestra economía. Pero su diagnóstico tiene sorprendentes coincidencias.

7 de junio de 1982

Algo malo le está pasando a nuestra economía. El año pasado se quedó postrada (apenas sí creció lo mismo que la población). Y los síntomas que registra en lo que va corrido del presente no son nada alentadores (bajas en el comercio exterior, aumento del desempleo, crecientes quejas de los gremios de la producción).
Preocupados por la situación, colocamos nuestra economía bajo el "ojo clínico" de varios especialistas, tratando de obtener un diagnóstico del problema y alguna fórmula que le permita recuperar la salud perdida. Roberto Junguito, Eduardo Sarmiento, Hernando Agudelo, Alfonso Patiño y Hernando Gómez Buendía, expertos todos ellos en cuestiones económicas y con diversa posición política, nos dieron su correspondiente diagnóstico y su receta (en término figurado, por supuesto, ya que todos ellos son conscientes de la imposibilidad de solucionar los problemas económicos con simples "recetas").
A pesar de sus diferentes filiaciones políticas llama la atención la serie de coincidencias presentadas en la idenficación de los problemas y, especialmente, la similitud de muchas de las fórmulas planteadas para solucionarlos.

LA CULPA ES DEL CAFE
Para Roberto Junguito, actual presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, conservador alejado de la campaña por su posición gremial y cafetero minifundista, el problema básico de la economía radica en la disminución de la demanda originada en la baja de los precios del café y en la recesión internacional: "hay una situación mala, externa e interna, en términos de demanda de productos, que a mi manera de ver es el factor fundamental de la situación de receso".
En su opinión "la economía colombiana sigue ciclos dependientes del café, todavía muy acentuados. Cuando al café le va mal, a la economía le va mal y cuando al café le va bien, a la economía le va excelentemente bien. Ese es un factor central que los analistas en Colombia tienden a subestimar".
Aparte de ello, Junguito señala que en el país se presenta una situación de "retraso cambiario" que ha afectado también nuestras exportaciones. "No se está compensando la menor actividad internacional y la baja de precios en los mercados mundiales con estímulos correspondientes que compensen esa baja internamente".
En términos generales, la situación de receso mundial fue mencionada por todos los expertos, aunque con diferentes énfasis, como una causa de la baja en la actividad productiva nacional. Para Hernando Agudelo, por ejemplo, "no hay duda de que hay un receso mundial que naturalmente tiene que afectar a la economía colombiana, pero este receso no puede servir de disculpa al tremendo decaimiento que ha tenido el aparato productivo colombiano en los últimos años".

DEMASIADO CONTRABANDO
Eduardo Sarmiento, asesor económico de Alfonso López Michelsen en la presente campaña electoral, piensa también que el problema de la economía colombiana, y especialmente el de la industria, "es el resultado de un deterioro de la demanda efectiva por productos industriales, asociada con varios aspectos: en primer lugar, es indudable que ha habido una reducción de la demanda mundial, como consecuencia de los problemas externos; en segundo lugar, el país se ha visto abocado en los últimos años a una mayor entrada de contrabando; en tercer lugar, el gobierno adoptó una política de gasto público que ha determinado un desplazamiento de los recursos hacia el gobierno". "Por última causa" señala, "el sector privado se ha visto expuesto a una seria restricción de crédito y a una elevación significativa de las tasas de interés", factores estos fundamentales en la explicación de la recesión industrial.

BAJO PODER ADQUISITIVO
Para Hernando Agudelo, presidente de la Sociedad Económica de Amigos del país, liberal galanista, el problema de las tasas de interés también es fundamental, pero su origen lo ubica en "la aplicación de un modelo de desarrollo que le concedió al sector financiero el liderazgo económico y elevó las tasas de interés a niveles usurarios que no permiten a los sectores productivos impulsarse". Según Agudelo, los recursos del país se han dirigido a la especulación y no a la producción, y por ello "el receso mundial nos ha sorprendido con que no hemos realizado ensanches industriales ni agrícolas de importancia y con un decaimiento en ambos sectores".
Aparte de ello, "la inflación, con tasas entre el 25 y el 30 por ciento, se ha constituído en un freno importante al desarrollo, porque fomenta la especulación, retrae la inversión y resta poder adquisitivo a los ingresos de la mayoría de la población, que al no tener una capacidad adquisitiva creciente no representan el sector dinámico de demanda que requiere todo proceso de producción". Finalmente, señaló otro factor que "sobre todo, va a tener incidencias muy grandes en el futuro: el fiscal".

GASTOS SIN RESPALDO
Este mismo factor es el punto central en las preocupaciones de otro de los expertos consultados, el ex Ministro de Hacienda conservador Alfonso Patiño Roselli. Para Patiño, uno de los más graves problemas de nuestra economía (junto con el desempleo y la baja en las exportaciones) es el triple déficit que vienen presentando las finanzas del sector central del gobierno nacional. Déficit que está asociado, según él, con el hecho de que "se están haciendo gastos sin tener con qué pagarlos".
"Nosotros estamos acostumbrados a ver en las revistas extranjeras y en los cables internacionales que, por ejemplo, en los Estados Unidos hay enormes déficits. Pero son situaciones en nada comparables con la colombiana. Ellos están cubriendo con aumento de la deuda pública, pero cubriendo, los gastos. Aquí lo que ocurre es que se están haciendo gastos que no hay con qué pagar. Lo primero es aceptado como instrumento de política económica. El equilibrio fiscal en el sentido que se entendía antes, hoy no tiene ninguna validez científica. Pero no hay ninguna teoría, ningún planteamiento que considere aceptable el hecho de que se hagan gastos que no estén financiados".
Como si ello fuera poco, "el gobierno está contratando empréstitos con grupos de bancos privados extranjeros, únicamente con el objeto de obtener pesos para el gobierno nacional, no con el objeto, como es el de los préstamos sanos del BIRF y del BID, de destinarlos a financiar el componente importado de los respectivos proyectos. Y lo grave de este sistema es que para evitar la expansión que implica, el gobierno ha tenido que limitar la actividad del sector privado, lo cual ha influido en la lentitud del desarrollo, en la tasa negativa que tuvo el sector industrial el año pasado".

TASAS DE INTERES POR LAS NUBES
No menos importante es para Hernando Gómez Buendía, otro de los asesores de la campaña del liberalismo oficial, el déficit fiscal del país. Dicho déficit "resultado de un lento crecimiento en los recaudos y una expansión acelerada en el gasto" es, junto con la situación internacional (especialmente la de los Estados Unidos desde el ascenso de Reagan) la causa determinante de las altas tasas de interés vigentes en Colombia. "En el escenario colombiano la principal causa de la desaceleración de la economía son las tasas de interés, las que a su vez resultan fundamentalmente del déficit financiado por el Estado a través de las operaciones de mercado abierto". Igualmente importantes son para Hernando Gómez la recesión internacional y la presión de las importaciones (legales e ilegales), como factores que explicarían una baja importante en la demanda. "En síntesis, por el lado de la oferta las altas tasas de interés y por el lado de la demanda la situación internacional conspiran para explicar el muy bajo índice de crecimiento de la economía durante 1981".
Este breve diagnóstico permite identificar por lo menos tres focos de infección: la recesión mundial, el déficit fiscal y las altas tasas de interés. Con distinto énfasis, atribuidos a causas diferentes, con diversas consecuencias, son éstos los puntos centrales en la preocupación de los expertos por el estado de nuestra economía. Y siendo factores relativamente difíciles de modificar en muy corto plazo, son ellos también los que siembran pesimismo entre los especialistas en torno a las perspectivas inmediatas de la economía colombiana. Para todos ellos, el año que corre no será mucho mejor que el anterior. A un plazo un poco mayor, sin embargo, las mencionadas condiciones son susceptibles de modificación mediante algunos cambios en la política económica. Según Sarmiento, "la experiencia del país es que los resultados de la economía son altamente sensibles a la política económica". Veamos, entonces, algunas de las medidas que los expertos sugieren como remedio para el mal que nos aqueja.

TENEMOS QUE SER MAS COMPETITIVOS
Para Junguito, "un aspecto muy importante es hacer más competitiva la economía colombiana en los mercados mundiales. Se tiene que usar un conjunto de instrumentos cambiarios, de crédito, de estímulos y subsidios a las exportaciones; a la vez, se tienen que encarecer ciertas importaciones (mediante controles y medidas fiscales) para que nuevamente sea más atractivo comprar en el país, en lugar de comprar lo importado". Según el presidente de la SAC "eso hará que en el frente internacional comencemos a tener una mayor demanda por productos colombianos y que en el frente interno los colombianos encuentren otra vez que sus productos tienen precios racionales frente a los productos importados". Adicionalmente sugiere "disminuir el énfasis en el sector público como eje del desarrollo y guiar el llamado 'margen monetario tolerable' un poco más en favor del sector privado". Finalmente cree que es necesaria una mayor austeridad en el sector público para evitar que el déficit fiscal se convierta en foco inflacionario y tratar de mover las palancas para reducir las tasas de interés. No obstante, piensa que a este último sector "se le ha dado exagerada importancia por parte de mis colegas".

ES NECESARIO REDUCIR EL CONTRABANDO
Para Eduardo Sarmiento, es necesario adoptar medidas de varios tipos: "en primer lugar, tomar medidas administrativas y económicas para detener el contrabando; en segundo lugar, reducir el déficit fiscal para de esa manera liberar recursos para el sector privado, lo cual, desde luego, daría margen para reducir las tasas de interés (adicionalmente es necesario establecer topes a las tasas de colocación y a los papeles líderes en el mercado financiero); en tercer lugar, se deben establecer las condiciones de exportación de la industria adoptando para ello una serie de medidas cambiarias". Eso en el sector industrial. En el agrícola es necesario "intensificar la investigación, intervir en los mecanismos de mercadeo y compensar, también, la reducción de los precios internos de las exportaciones mediante medidas de tipo cambiario".
Agudelo, por su lado, piensa que lo primero que hay que hacer es "cambiar el modelo". Y dice al respecto: "los conservadores también hablan de cambiar el actual modelo y creen que fue el liberalismo quien lo introdujo. Y aunque realmente se introdujo en un gobierno liberal, la gran responsabilidad en su inspiración y en su ejecución la tiene el partido conservador". En segundo lugar, sugiere "poner en orden a la situación fiscal, mediante una administración más eficaz de los recaudos y sobre todo del gasto". Además, considerar indispensable volcar los recursos del ahorro y del crédito a la producción, lo cual implica bajar las tasas de interés. Finalmente sostiene que el país debe adoptar una política austera de comercio exterior y balanza de pagos, con gran selectividad en materia de importaciones: "volver a la realidad cambiaria, importando lo que podamos realmente importar, haciendo grandes esfuerzos para mantener los mercados externos e imponiendo economías en las importaciones suntuarias".

HAY QUE REDUCIR EL DEFICIT
Alfonso Patiño insiste en que el problema de mayor gravedad es el fiscal. En su opinión debe buscarse la forma de reducir el déficit y, el resto, financiarlo con recursos sanos. "Es difícil la labor de reducir los gastos de funcionamiento, más que todo por el impulso que les da el clientilismo, pero no hay alternativas, hay que hacerlo". Una vez se haya logrado reducir el déficit, se requiere buscar una financiación sana, "que por definición es la de apelación al ahorro interno". Ello no quiere decir que no se siga apelando al crédito externo, siempre y cuando se haga para financiar el componente importado de los grandes proyectos, "lo cual se ve facilitado por la gran capacidad de endeudamiento que tiene el país hoy en día" .
Hernando Gómez cree igualmente que en el manejo del problema fiscal esta buena parte del remedio: "en el manejo del déficit fiscal se encuentra una de las claves fundamentales para manejar adecuadamente las tasas de interés". Una alternativa es reducir la magnitud del déficit, para lo cual "hay que disminuir el crecimiento de los programas de inversión, congelar el Plan de Integración Nacional, por lo menos en algunos de sus rubros". Si no se se hace tal cosa "es pensable al menos reorientar el gasto público hacia actividades más intensivas en empleo. Si se reduce la inversión pública o si se orienta hacia actividades más directamente generadoras de empleo y estimulantes de la actividad doméstica es posible, en el primer caso, reducir las tasas de interés, o en el segundo, sin reducirlas, acelerar el ritmo de crecimiento de la economía". También piensa que se podrían fijar topes a las tasas de colocación como medida complementaria. En el campo externo no cree que la devaluación surta efectos para aumentar las exportaciones y más bien piensa que es más importante en este sector reducir la inflación interna.
Tales son, pues, los diagnósticos de cinco especialistas de distintas posiciones políticas y las correspondientes sugerencias para alentar al paciente. Sólo queda por ver quién será el médico de cabecera.