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| Foto: León Darío Peláez

TRANSPORTE

Se mueve la industria aérea en América Latina

Las aerolíneas de Estados Unidos están estrechando vínculos con la industria aérea del continente. Colombia está en la mira ante las buenas perspectivas y el crecimiento de pasajeros.

11 de junio de 2016

Las grandes empresas aéreas norteamericanas han puesto sus ojos en América Latina, un mercado en crecimiento que les resulta muy apetitoso para expandirse. El posible interés de Delta Airlines y United Continental por Avianca, la más grande aerolínea de Colombia y la segunda de la región, muestra esta realidad. Según The Wall Street Journal las dos gigantes quieren además acortar la brecha con American Airlines, que domina en la zona.

A pesar de que varias economías se han desacelerado, y de la recesión que afecta a países como Venezuela y Brasil (que representa el 50 por ciento del mercado aéreo de la región), América Latina en su conjunto sigue con buenas perspectivas. Tiene más de 600 millones de habitantes que resultan un mercado muy atractivo para cualquiera, en especial si se tiene en cuenta que ha crecido una clase media más robusta y que millones de personas están pasando del bus al avión.

Para dar una idea, según la Organización Mundial del Turismo (OMT), los viajeros en América Latina crecen a un ritmo del 8 por ciento, casi el doble del turismo mundial. En el caso colombiano la movilización de pasajeros vía avión aumenta en un 10 por ciento al año.

Por eso no es de extrañar que las aerolíneas se estén fortaleciendo mediante fusiones, adquisiciones o alianzas estratégicas para competir en un mercado que tiene estrechas relaciones con Estados Unidos. Latam, por ejemplo, firmó este año una alianza comercial con American Airlines para acceder a una gran red de destinos, vuelos y mejores tiempos de conexión.

Aeroméxico anunció un acuerdo de colaboración con Delta por 1.500 millones de dólares, que le permitirá competir conjuntamente en las rutas de México y Estados Unidos. Delta tiene actualmente el 4,1 por ciento de las acciones de la compañía mexicana, con opción de subir su participación hasta el 49 por ciento. Copa Airlines mantiene desde hace un par de décadas una alianza con United, fortalecida con su entrada a Star Alliance, la alianza de líneas aéreas más importante del mundo.

Cabe señalar que las aerolíneas de la región vienen dando pasos desde hace varios años para fortalecerse. LAN, de Chile, y TAM, de Brasil, terminaron este año el proceso de fusión bajo la marca Latam. De este modo la compañía se convirtió en la mayor aerolínea de la región que, con una flota de 320 aeronaves, vuela a 137 destinos en 25 países, y el año pasado transportó a 68 millones de personas.

Avianca ya había dado este paso cuando en 2010 se unió con Taca, la mayor aerolínea de Centroamérica, en una fusión de la que también hacen parte Aerogal, de Ecuador, y Tampa Cargo. El año pasado Avianca Holdings movilizó 28,2 millones de viajeros con una flota de 180 aviones a 105 destinos de 28 países.

Otras de las grandes del sector, la panameña Copa Airlines, siguió ampliando sus conexiones a diversos lugares (atiende más de 74), y completó hace unos meses 100 aviones en su flota. Copa se quiere posicionar como la aerolínea con más conexiones internacionales con su concepto de Hub de las Américas en el vecino país.

Las compañías aéreas de Estados Unidos no solo tienen interés en las empresas de la región. También una enorme chequera. Según cifras de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (Iata) ganaron cerca de 20.000 millones de dólares el año pasado, y para este esperan ingresos por 23.000 millones gracias a que se han beneficiado con la baja en el costo de los combustibles.

Estados Unidos es un mercado maduro que en la última década sufrió una gran transformación, pues varias de sus aerolíneas se fusionaron en busca de economías de escalas y ahorro de costos. De ocho grandes que había hace unos años hoy quedan cuatro fuertes que manejan el 80 por ciento del mercado: American (fusionado con US Airways), Delta (con Northwest), United (con Continental) y Southwest, que compró una aerolínea de bajo costo.

La tendencia a las alianzas y fusiones también ha estado a nivel mundial a la orden del día. Ese es el caso de Iberia y British Airways, Air France y KLM y Lufthansa y Austrian Airlines, entre otras. Por eso no se descartan nuevas alianzas y fusiones en América Latina, más cuando las aerolíneas han tenido que volar en medio de un panorama muy turbulento, caracterizado por la desaceleración económica de la región y la fuerte devaluación de las monedas.

De hecho, el dólar fortalecido contrarrestó los beneficios de la caída en los precios de los combustibles, que representan el 35 por ciento de los costos del sector. Y les asestó un fuerte golpe si se tiene en cuenta que asumen en esa divisa alrededor del 60 por ciento de los costos. Por todo ello, el año pasado las grandes aerolíneas latinoamericanas reportaron pérdidas superiores a los 500 millones de dólares.

Por eso varias de ellas están en un fuerte proceso de ajuste. Latam, por ejemplo, que perdió 219 millones de dólares el año pasado debido a la desaceleración de Brasil, reducirá en 2.900 millones sus compromisos para ampliar su flota entre este año y 2018. Una posición similar asumió Avianca que reportó pérdidas por 139,5 millones de dólares y que anunció un recorte en su plan de inversiones por 1.400 millones de dólares y la desaceleración en la entrega de aviones en los próximos años.

Fernando Poitevin, director ejecutivo de Latam Colombia, reconoce que las compañías aéreas han tenido que hacer fuertes procesos de ajuste para enfrentar un entorno desafiante y costos muy elevados, lo que se traduce en menores márgenes de ganancia. Dice que la situación no puede permanecer así por tiempo indefinido y que más temprano que tarde se reflejará en las tarifas. La aerolínea está estudiando aplicar políticas de cobro por servicios, al estilo de las compañías de bajo costo.

Según un experto en este campo, la utilidad como porcentaje de los ingresos para el sector aéreo colombiano no supera el 2 por ciento. A ello se suma una carga tributaria muy elevada que representa más del 30 por ciento del valor de un pasaje. El país tiene, después de Venezuela, las mayores tarifas de impuestos en América Latina.

A la alta carga tributaria se suma la fuerte competencia con las aerolíneas regionales y de bajo costo. “Las grandes empresas de América Latina, muy pesadas en nómina y costos, están sintiendo pasos de animal grande con las de bajo costo”, dice otro experto de la industria, que afirma que la mayoría de las compañías aéreas de Estados Unidos ya pasaron por un proceso de reestructuración, pero que las del sur todavía no han hecho a fondo esta tarea, pues las cargas pensionales y laborales son muy elevadas. No obstante, coincide en que el mercado sigue siendo muy atractivo y por ello no descarta que se presenten en el futuro nuevas alianzas, teniendo en cuenta el gran interés de inversionistas internacionales.