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Twitter: trinando de la dicha

Gracias a un manejo cuidadoso y planificado, la emisión de acciones de Twitter, la popular red social resultó exitosa. Pero los analistas se preguntan si podrá mantener su alto valor.

9 de noviembre de 2013

Los dioses premiaron la humildad y la prudencia de Twitter y le regalaron un debut de ensueño en la Bolsa de Nueva York. La Oferta Pública Inicial (IPO por sus siglas en inglés) le permitió conseguir 820 millones de dólares durante la jornada del pasado jueves. Ese día, el precio de la acción cerró en 44,90 dólares, más del 72 por ciento por encima del precio de salida de 26 dólares. Los responsables de la compañía se habían propuesto evitar los errores cometidos por otras grandes empresas punto com cuando se estrenaron en los mercados, y lo lograron. 

Las cosas no podían salir mejor en el primer día: la red de los trinos vale hoy 24.900 millones de dólares, unas 22 veces más que las ventas previstas para el próximo año. Pero, al igual que sus congéneres, en ese alto valor podría encontrar también su principal dolor de cabeza. ¿Cómo mantener las acciones en niveles altos sin un modelo de negocio claro a la vista y en una empresa que por el momento solo deja pérdidas? 

Es casi obligatorio comparar la situación de Twitter con la de otra red social muy popular, Facebook, que transita desde hace un año y medio el difícil camino del mercado de valores. Twitter tiene 232 millones de usuarios y el mercado los valora en aproximadamente 107 dólares cada uno, en tanto que el valor por usuario de los más de 1.000 millones de suscriptores de Facebook está tasado en 98 dólares. 

El problema para ambas empresas es que no logran todavía perfilar una fuente de ingresos suficientemente convincente como para mantenerse atractivas todo el tiempo en la bolsa y, de las dos, Twitter está más atrás en la búsqueda de un modelo de negocio viable. 

De hecho, ahora que se conocen públicamente sus cifras, la empresa perdió más de 250 millones de dólares durante los primeros seis meses del año en curso. No obstante, Dick Costolo, el CEO de Twitter, ha prometido un rápido crecimiento de las ventas en los próximos dos años y su promesa se basa en dos argumentos: Twitter es una plataforma eminentemente móvil, creada para ser consumida preferencialmente desde los teléfonos, el dispositivo de acceso a la web preferido en el mundo (a diferencia de Facebook, que nació en el mundo PC); y sus usuarios tienen un perfil de consumidor más alto (hay más adultos y más personas con capacidad de compra que en Facebook), lo que alentaría a la inversión publicitaria. En su estreno en Nueva York, los inversionistas respaldaron estas promesas.

Las salidas al mercado accionario de otras iniciativas del mundo de internet social estuvieron precedidas de pompa y trompetas y resultaron un fiasco, como le ocurrió a Facebook el año pasado, que perdió rápidamente la mitad de su valor. El día de su debut, el 12 de mayo de 2012, quedó para el recuerdo en la historia de los mercados accionarios, cuando tras unas primeras horas de crecimiento, el valor de la acción empezó a caer aparatosamente y cerró sin incremento alguno. Una semana después, la empresa había perdido casi la mitad de su valor, aunque logró recuperarlo en los meses siguientes.

Los directivos de Twitter aprendieron de los errores ajenos y planificaron una operación diferente. La estricta confidencialidad durante la etapa previa fue crucial para evitar las especulaciones que suelen desinflar los mercados. En segundo lugar eligieron el NYSE (New York Stock Exchange), en vez del Nasdaq, que es en donde cotiza Facebook y en donde históricamente han preferido cotizar las empresas de internet. 

Además, optaron por Goldman Sachs como principal colocador de acciones y todo el proceso previo de preparación estuvo muy bien asesorado, debido a que la empresa se acogió a la Ley Jobs, una política reciente del gobierno Obama creada para estimular la expansión bursátil de empresas jóvenes y que facturan menos de 1.000 millones de dólares. 

La semana que comienza dará pistas más claras del futuro de la empresa en los mercados bursátiles. Se prevén una estabilización del precio de la acción y tal vez una reducción moderada, como le ocurrió a Linkedin, otra empresa de la web 2.0 a la que también le fue bien en su debut hace ya más de un año.