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ULTIMA ESCALA

Con el nombramiento de Orlando Cabrales en Avianca, el Grupo Santodomingo aspira a consolidar la recuperacion de la empresa

27 de octubre de 1986

Aunque parezca increíble, la presidencia de Avianca, la línea aérea más grande del país, acabó decidiéndose por cosas del destino. Hace un mes largo, el candidato más opcionado al puesto, el banquero Edgar Lenis, viajaba entre Nueva York y Miami, cuando sufrió un infarto que obligó al piloto del avión a hacer una escala no programada en Atlanta, gracias a la cual Lenis salvó su vida. A pesar de haber empezado su proceso de recuperación en forma satisfactoria, el ataque al corazón dejó a Lenis imposibilitado para hacerse cargo de un puesto donde la tensión es cosa cotidiana. Es por esa razón que cuando le fue ofrecida la dirección de la aerolínea de manera formal, Lenis declinó y a cambio recibió la gerencia de Avianca en los Estados Unidos, la cual le permite estar cerca de sus médicos.
Como alternativa, la junta directiva de Avianca se reunió el 21 y 22 de septiembre, llegando finalmente al nombre de Orlando Cabrales, un ingeniero de 46 años quien venía desempeñándose como presidente de Colseguros. El nombre de este cartagenero, cuya vinculación a la aseguradora se produjo en 1984 al cabo de una larga carrera en Ecopetrol, fue recibido con agrado por los observadores. A pesar de que su relación previa con el transporte aéreo se limita a haber sido miembro de la junta directiva de Helicol, quienes lo conocen sostienen que tiene todas las capacidades para consolidar el proceso de recuperación de Avianca.

El reto no es fácil. Cabrales remplaza a Hernán Rincón, actual presidente del Banco del Estado, cuyo retiro, tal como lo informó oportunamente SEMANA, se debió a fricciones con el industrial Julio Mario Santodomingo, agravadas por la compra de un importante paquete accionario de la compañía por parte del llamado sindicato antioqueño. Sin embargo, a Cabrales lo favorece el hecho de tener relativamente solucionados varios de los problemas que hace un año hacían pensar a los especialistas que Avianca estaba irremediablemente condenada a la quiebra.
Por una parte, la deuda externa de unos 150 millones de dólares fue reestructurada con los bancos, en condiciones que le permiten a la aerolínea tener un flujo de caja favorable. Asi mismo, se hizo una amplia reorganización administrativa que incluyó la fusión de puestos y eliminación de otros cargos. Finalmente, se consiguió la aprobación por parte del gobierno, para la upaquización de las tarifas internas, según la cual el precio de los tiquetes se revisa quincenalmente. A pesar de las quejas de los usuarios, esta y las demás medidas han sido definitivas para que Avianca esté otra vez tomando vuelo. Las cifras en lo que va del año indican que la mejoría es notoria y que 1986 se va a cerrar con utilidades operacionales, a pesar de que el saldo del balance va a seguir en rojo.
Teniendo esos elementos en cuenta, Cabrales enfrenta una labor difícil.
En sus primeras declaraciones a la prensa, el nuevo funcionario señaló que "están dadas las condiciones para que la compañía supere la difícil situación que ha enfrentado en los últimos años" y colocó la mejora en la calidad del servicio como prioridad de su administración. Para lograrlo, Cabrales debe basarse en su experiencia. En Colseguros tuvo que enfrentarse a una situación que, guardadas las proporciones, era tan desesperada como la de Avianca. A pesar de ser la aseguradora más grande del país, la empresa estaba en una situación de franco deterioro, hecho que llevó a algunas personas a pronosticar su intervención por parte de la Superintendencia Bancaria. No obstante, un plan de reorganización interna y una capitalización de sus accionistas hace que ahora Colseguros tenga la posibilidad de recuperarse definitivamente.

En ese proceso Cabrales fue fundamental. Ahora, el ex funcionario de Ecopetrol debe probar que el mismo sentido común que salvó a Colseguros de la quiebra puede ser usado en el caso de Avianca. Con su énfasis en la idea del servicio, Cabrales puede ser fundamental para que esa relación de amor y odio que existe entre los colombianos y la aerolínea acabe correspondiendo más a lo primero que a lo segundo. --