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Un año decente

Las ventas y las utilidades de las empresas este año van mejor de lo que se esperaba. La floja demanda y los impuestos, sin embargo, se atraviesan en el camino.

10 de noviembre de 2003

A comienzos de 2003 nadie tenia muy claro qué rumbo iba a tomar la economía colombiana. La combinación de más impuestos, crisis venezolana y problemas de demanda auguraba un año difícil que, sin embargo, fue mejorando con el paso de los meses. Y aunque todavía hoy los empresarios son cautelosos y no hablan de una reactivación definitiva los síntomas de mejoría se han mantenido a lo largo del año.

El dato más reciente, publicado la semana pasada por la Superintendencia de Valores, reafirma esa tendencia. Al cierre del tercer trimestre las utilidades de una muestra de las empresas más grandes del país se multiplicaron por 20 en relación con el mismo período del año pasado. La cifra suena contundente pero el dato agregado se explica en buena medida por el peso que tienen dos empresas (BellSouth y Comcel). Más allá de esto se podría decir que los resultados son en general buenos, mas no espectaculares.

Hubo, en primer lugar, algunos sectores cuyos resultados sobresalen. Es el caso de las empresas productoras de cemento, que al cierre del tercer trimestre presentaron crecimientos en ventas superiores a 20 por ciento. Durante los primeros meses del año la construcción de vivienda y algunas obras de infraestructura, como los pavimentos para Transmilenio en Bogotá, jalonaron los despachos de cemento y concreto. Los proyectos de vivienda para estratos bajos disminuyeron su ritmo en el segundo semestre, como resultado del freno que puso el gobierno a los subsidios, pero comenzaron a despegar los de estratos altos y centros comerciales. El dinamismo que empezó a mostrar la construcción hace dos años cogió a las cementeras con un alto porcentaje de su capacidad de producción sin utilizar e incluso hoy continúan operando por debajo de ella.

Siderúrgicas como Diaco o Acerías Paz del Río también se han beneficiado por el repunte de la construcción. La primera, por ejemplo, registró un incremento de 49 por ciento en sus ventas locales en los primeros nueve meses del año, lo cual, unido a un control de sus gastos, le permitió aumentar los márgenes de rentabilidad. Los precios internacionales del acero, de otra parte, han subido y eso se ha visto reflejado en mayores utilidades para el sector siderúrgico.

Otro sector que se destaca es el de telecomunicaciones. BellSouth y Comcel lograron vender al tercer trimestre 27 y 29 por ciento más que el año pasado respectivamente. Entre enero y agosto de 2003, 603.000 colombianos se suscribieron por primera vez al servicio de telefonía celular, lo cual representa un incremento de 13 por ciento en el número de abonados, según datos de la Asociación de la Industria Celular de Colombia (Asocel). El negocio de telefonía de larga distancia tuvo también un buen comportamiento. Orbitel, por ejemplo, logró mejorar sus utilidades en 69 por ciento. Los ingresos por llamadas de larga distancia de ETB aumentaron 16 por ciento. Esto, sin embargo, no bastó para compensar la caída en el servicio de telefonía local ni los mayores gastos operativos y financieros de la empresa este año.

Calificacion: aceptable

Más allá de los resultados de algunos sectores específicos, los balances de las empresas dejan ver algunas tendencias generales; unas buenas otras no tanto.

En el mercado interno la demanda continúa floja. De hecho, el principal problema de los industriales, según una encuesta de la Andi realizada en agosto, es la falta de demanda, especialmente en sectores como el de bebidas, tabaco o papel. Eso mismo se refleja en el comportamiento del comercio minorista de alimentos, bebidas y productos de aseo, cuyas ventas han registrado reducciones cercanas a 5 por ciento según estadísticas del Dane.

Almacenes Exito, por ejemplo, registró al término del tercer trimestre una caída de 3,3 por ciento en sus ventas y de 38 por ciento en su utilidad operacional respecto al año pasado. Carulla muestra mejores resultados, pero el aumento en sus ventas ha sido, en todo caso, inferior a la inflación. ¿Qué ha pasado? En primer lugar, el desempleo sigue impidiendo que los colombianos gasten más y, al mismo tiempo, hace que prefieran las tiendas y supermercados de barrio, donde puedan comprar en unidades pequeñas y además les fían. Este canal ha ganado participación en los últimos años y representa, según Darío Jaramillo, vicepresidente comercial de Almacenes Exito, cerca de 50 por ciento del comercio minorista en el país.

Otro factor al que se le atribuye el desempeño de Exito en este año es la competencia de Carrefour. Los márgenes de rentabilidad del sector comercio se redujeron en 2000 y 2001 y desde entonces la 'pelea' se ha dirigido a ganar mercado. Eso explica la expansión de las cadenas, que antes se dividían la torta por regiones y que hoy están abriendo nuevos almacenes a un ritmo acelerado.

La respuesta de las empresas a la baja demanda en el país es mirar hacia afuera, de tal forma que sus resultados dependan cada vez menos de lo que ocurre internamente. Pero como se vaticinaba a comienzos de año, las dificultades de Venezuela y Ecuador no permitieron mirar con mucho interés esos mercados. Sofasa, por ejemplo, tuvo una disminución en sus ventas de 2,1 por ciento, resultado del mejor comportamiento del mercado local y de la caída de 63 por ciento en sus exportaciones. Las filiales de Inversiones Nacional de Chocolates, como Doria o Noel, también sufrieron con la depresión de Venezuela en el primer semestre. El futuro de las exportaciones sin embargo, pinta mejor. Uno de los principales obstáculos para exportar a ese país -las restricciones a los importadores venezolanos para pagar las exportaciones- se superó a comienzos de octubre cuando el gobierno de Hugo Chávez aceptó utilizar el convenio Aladi, es decir, intercambiar dólares entre los bancos centrales.

La buena noticia fue el crecimiento de las exportaciones hacia Estados Unidos. Las no tradicionales, es decir, las distintas a café, carbón y petróleo, aumentaron 34 por ciento en los primeros ocho meses de 2003 en relación con el año pasado. En sectores como el de confecciones el crecimiento alcanzó 61 por ciento en ese período. De la lista de empresas de la Superintendencia de Valores los estados financieros de algunas de ellas, como Colcerámica, Coltejer o Petroquímica Colombiana, se beneficiaron por las mayores ventas al mercado estadounidense.

Los negocios, entonces, mejoraron más en unos sectores que en otros, en medio de un ambiente económico aceptable. Pero las ganancias de las empresas también crecieron por cuenta del dólar. Mientras en el tercer trimestre de 2002 el precio del dólar se disparó (la devaluación del año en ese momento era de 23 por ciento) en 2003 ha permanecido bastante estable y a septiembre la variación era cercana a cero. El efecto sobre las compañías endeudadas en dólares fue evidente: los gastos financieros, en los cuales están incluidas las pérdidas por diferencia en cambio, tuvieron en algunos casos reducciones superiores a 50 por ciento. Empresas como BellSouth y Comcel o la generadora de energía eléctrica Chivor fueron algunas de las más beneficiadas con la estabilidad del dólar.

Hubo un rubro que, según los gerentes financieros consultados por SEMANA, sí ha crecido considerablemente este año: los impuestos. La suma del impuesto al patrimonio, mayores tarifas de industria y comercio en algunas ciudades, nuevos productos gravados con IVA y el 3 por mil afectó los estados financieros de las empresas. Y los anuncios de nuevos impuestos para 2004 ya empezaron a reflejarse en los presupuestos que preparan por estos días. Además de lo que deben pagar directamente, las ventas en algunos sectores, como el comercio, pueden verse afectadas por el hecho de que, al aumentar el IVA, los consumidores tendrán que pagar precios más altos.

Las empresas han logrado sortear con éxito las dificultades de un año que resultó mejor de lo esperado. Las ayudó la estabilidad del dólar y de las tasas de interés. Sin embargo, a diferencia de lo que podría sugerir el gran aumento en las utilidades, se percibe un optimismo moderado. Si bien los números en general son mejores que hace un año, aún falta un buen trecho por recorrer para decir que la crisis quedó definitivamente atrás.