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UN BALANCE REGULAR

La inversión industrial creció en 1993, pero las ventas se estancaron y las utilidades empezaron a descender.

11 de abril de 1994

MARZO ES EL MES DE LAS asambleas y de los balances. El mes en que las encuestas industriales pasan a un segundo plano, y en que se sabe con certeza cómo se está comportando el sector manufactuero. A juzgar por los resultados de 1993, la situación está lejos de ser color de rosa. La inversión se incrementó, pero las ventas se estancaron en términos reales y las utilidades cayeron en términos nominales.
La semana pasada la Superintendencia de Valores, encabezada por Luis Fernando López, dio a conocer un informe con los resultados financieros de 1993 de 86 empresas del sector manufacturero inscritas en el Registro Nacional de Valores e Intermediarios. La muestra permitió comparar informes trimestrales con corte a 31 de diciembre de 1993 y 1992, que incluyen los ajustes por inflación.
Una primera conclusión es que el tamaño de las empresas está creciendo. Los activos del sector manufacturero a diciembre del año pasado alcanzaron un valor de 6,3 billones de pesos, lo que significó un incremento del 38,1 por ciento con respecto a 1992. El mayor aumento lo tuvieron las valorizaciones que representaron el 48,6 por ciento del total.
Para afrontar los retos de la apertura y solucionar los problemas de reconversión industrial, las empresas manufactureras adquirieron activos fijos por un valor de 629.862 millones de pesos, lo que significó un crecimiento del 58,6 por ciento con respecto a las cifras de 1992.
Del valor pagado, el 79 por ciento fue financiado con recursos propios y el 21 por ciento restante correspondió a deudas con terceros. Esto quiere decir que se amplió el margen de solvencia de las empresas al tiempo que se redujo su nivel de endeudamiento, que alcanzó la cifra de 1,9 billones de pesos a 31 de diciembre del año pasado.
El índice agregado del pasivo de las compañías se redujo de 33,5 por ciento en 1992 a 30,1 por ciento el año pasado. El sector con mayor nivel de deuda fue el de Cueros (59 por ciento) y el de menores obligaciones, Cementos (8,5 por ciento).
Un aspecto inquietante, sin embargo, es que el pasivo financiero en moneda extranjera creció casi un 6 por ciento, al pasar de 329.000 millones de pesos en 1992 a casi 477.000 millones el año anterior. Eso quiere decir que se contrataron nuevos créditos con la banca extranjera por un valor equivalente a 148.000 millones de pesos. Algunos analistas atribuyen esa situación al descenso del ritmo de devaluación adelantado por el Gobierno el año pasado y su efecto ponderado en el costo del capital.
Las ventas llegaron a 3,7 billones de pesos, lo que significó un incremento nominal del 23,9 por ciento, es decir, un aumento del 1 por ciento real. A pesar de ello, la utilidad operacional se redujo de 10,9 por ciento en 1992 a un 7,2 por ciento en 1993, explicable por el crecimiento de los costos y los gastos operacionales en un 29,1 por ciento nominal. La utilidad neta de las empresas del sector alcanzó, por su parte, un valor de 294.780 millones de pesos, inferior en 6,6 por ciento nominal a la de 1992.
A nivel sectorial, los resultados fueron disímiles. Pero lo que sí se puede concluir de la muestra es que el gran lunar de la industria el año pasado fue el sector textil, que arrojó pérdidas netas. -