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Un negocio Real

Con la multimillonaria compra de Cristiano Ronaldo y de Kaká, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, muestra su increíble olfato financiero. Pero deja serias dudas sobre su modelo de negocios en época de crisis.

13 de junio de 2009

Hace menos de un mes, al comienzo de su segunda era como presidente del Real Madrid, Florentino Pérez anunció con un tono fanfarrón: "Os recuerdo que nadie ha pagado más que yo por un jugador de fútbol". Del dicho al hecho. La semana pasada Pérez anunció la contratación del brasilero Kaká, el prodigio del A. C. Milan, por 65 millones de euros, y tres días después, la adquisición del portugués Cristiano Ronaldo, el actual balón de oro del Manchester United, por 94 millones de euros, el pase más caro de la historia. Dos cañonazos que dejan claro que, a pesar de la crisis, para Pérez nada es imposible.

Lo increíble es que la chequera de Florentino Pérez, presidente de la multinacional de la construcción ACS, no parece vaciarse con los dos cracks. Anunció que gastará 300 millones de euros este verano y ya están en su mira David Villa, David Silva y Xabi Alonso, parte del España campeón de la Eurocopa 2008, y se rumora que Franck Ribéry, el francés del Bayern de Munich, también vestiría la camiseta blanca la próxima temporada. Una enorme apuesta para un Madrid obligado a ganar después de ver cómo su archirrival Barcelona se llevó todo lo que tenía por delante en 2009: Liga de Campeones, Liga Española y Copa del Rey, el trébol dorado.

Pero Florentino Pérez no se estrena como mercader de astros. No es extraño que se jacte de haber firmado las cuatro transacciones más altas de la historia (ver recuadro). En su período como presidente de la Casa Blanca entre 2000 y 2006, Pérez trajo a Figo, Zidane, Ronaldo, Beckham y Owen, el famoso Madrid galáctico. Una inversión de cerca de 220 millones de euros que en lo deportivo dejó un sinsabor, pues si bien los merengues ganaron dos Ligas y una Champion's, le siguieron tres temporadas sin ningún título. Pero en la parte contable, Florentino Pérez fue sin duda el mejor negocio del Madrid, pues quintuplicó los ingresos y dejó a su club como el más rico del mundo.

Como buen empresario, Florentino Pérez sigue una implacable lógica económica en la que la actividad de su compañía, el fútbol, es sólo un soporte para fortalecer la marca Real Madrid, que según Bbdo, una consultora de marketing, valdría 1.063 millones de euros. El economista francés Frederic Bolotny compara el "método Florentino" con el de Disney, en el que parte de los ingresos vienen de las películas, pero la mayoría se logra con actividades periféricas: parques temáticos, productos derivados, canales de televisión. La diferencia es que Ronaldo no es Mickey, pero es rentable tanto económica como deportivamente.

El cálculo de Florentino, según dijo en días pasados a la cadena SER española, es que "estos fichajes que parecen los más caros son luego los más baratos". El presidente merengue se basa en su experiencia con los Galácticos, en la que los jugadores se volvieron rentables en poco tiempo gracias a la venta de camisetas, los productos derivados y la cesión de parte de sus derechos publicitarios. Se calcula, por ejemplo, que en un solo día el Madrid vendió camisetas con el número 23 de Beckham por valor de 625.000 euros y que tras los 75 millones de euros que costó Zidane en 2001, los merengues aumentaron sus ingresos de 25 por ciento. Así, según James Pickles, editor de la revista TV Sports Market, Kaká y Ronaldo aportarían 125 millones de euros anuales al club madrileño.

Eso se suma a formidables derechos de televisión, donde el equipo que tenga los jugadores más comerciales y atraiga la mayor cantidad de hinchas obtendrá los mejores contratos. El último convenio en 2007 del Real con Media Pro, un grupo de telecomunicaciones, llegó a la colosal suma de 1.100 millones de euros para los próximos cinco años.

Ese fue un negocio que, en su primera era, Florentino Pérez completó con giras de pretemporada en Asia, un mercado virgen futbolísticamente. Aunque se criticó que el Real Madrid parecía más un "boys band" que firmaba autógrafos, estos aportes llegaron a pesar el 6 por ciento de los ingresos del equipo. En ese sentido, la contratación de Kaká abre puertas al mercado suramericano.

Pero tal vez el secreto mejor guardado del Real Madrid son sus 85.000 socios, una entrada de dinero regular y fiel que no depende del bolsillo caprichoso de un magnate a lo Roman Abramovic, del Chelsea. Según un estudio de José María Gay, de la Universidad de Barcelona, los socios aportaron 116 millones de euros, el tercio de las entradas totales merengues.

Sobre el papel la operación parece perfecta, pero no ha estado exenta de críticas. Michel Platini, presidente de la Uefa, considera estos fichajes "excesivos, este engranaje plantea de forma muy aguda la cuestión del juego limpio financiero y del equilibrio de nuestras competiciones".

Se teme también que con los 159 millones que acaba de gastar el Real Madrid, la inflación contagie el mercado de los traspasos. Muchos expertos en el negocio piensan que ahora será difícil decirles a astros como el sueco Zlatan Ibrahimovic o al argentino Lionel Messi que no valen lo mismo que Cristiano Ronaldo. Y, como declaró Xavier Sala i Martín, directivo del Barça, "desconozco de dónde salen los 300 millones que Florentino Pérez piensa invertir". Lo cierto es que, según José María Gay, la deuda del Real Madrid con Florentino Pérez podría pasar 900 millones de euros. "Hay una burbuja futbolística, y ya sabemos qué pasa con las burbujas", recalcó el experto.

Esta explosión ya está golpeando el fútbol europeo, pues parecería que aparte del Barcelona, el Manchester City, propiedad de la familia real de Abu Dhabi, y el Madrid, el resto de los clubes están condenados a especular sobre el mercado de los fichajes para seguir siendo competitivos. Desde ya se sabe que el A. C. Milan perdió 70 millones de euros este año y que el Valencia, uno de los grandes de España, tuvo que parar la construcción de su nuevo estadio por una deuda de 470 millones de euros. El ejemplo del Borussia Dortmund, ganador de campeonatos de Alemania y copas europeas a finales de los 90, resulta inquietante. A principios de la presente década 2000, el equipo alemán no pudo trasladar sus onerosos fichajes a buenos resultados en las canchas y tuvo que vender parte de su nómina y su campo, el Westfalenstadion, para cubrir sus deudas. Desde entonces, el Dortmund no volvió a brillar ni en la Bundesliga ni en los torneos europeos, y hoy es un recuerdo de lo que fue.

¿Le darán los millones de euros de Florentino Pérez un caudal de copas y vueltas olímpicas? Está por verse, pues las estrellas ganan partidos, pero los títulos son para los equipos. Y estos no dependen necesariamente del costo de sus nóminas.