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UN PASO AL FRENTE

A pesar del pesimismo, Cartagena revivió la Unctad.

30 de marzo de 1992

HACE CINCO AÑOS, CUANdo terminó la Séptima Conferencia de la Organización de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, Unctad, en Ginebra, nadie daba cinco centavos por su supervivencia. Es más, muchos países habían llegado a la reunión con la idea de acabarla. A última hora, sin embargo, se decidió postergarla para reorganizar sus trabajos.
En los años siguientes no fue mucho lo que se avanzó. Y por eso el pesimismo fue de nuevo la nota dominante al empezar las deliberaciones de la Octava Conferencia, realizada en Cartagena. Pero al final se impusieron las voces que defendían su continuidad, incluida la de Colombia, y la Unctad se salvó.
Es más, no solamente se salvó sino que se impuso, casi por consenso, una reforma institucional. Como lo dijo el presidente de la Conferencia, el ministro de Comercio Exterior de Colombia, Juan Manuel Santos, la Unctad se había convertido en un organismo de confrontación y no de cooperación, por lo que había que transformarla. Y sobre eso hubo un gran acuerdo.
Queda por ver, claro está, si lo previsto se puede llevar a feliz término. Pero lo cierto es que las conclusiones de la Conferencia de Cartagena han amainado el pesimismo de los expertos. La decisión es hacer del Organismo un foro de discusión moderno, acorde con los cambios ocurridos en la economía mundial. Y recuperar su capacidad de formular recomendaciones acatadas en instancias decisivas como el Banco Mundial, el FMI y el GATT. Si eso se logra, se habrá dado un gran paso adelante. -