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Usted y la crisis

La crisis económica tiene asustado a todo el mundo. ¿Qué va a pasar en Colombia y cuáles son las implicaciones reales para el ciudadano del común?

1 de noviembre de 2008

La batahola en el mundo económico y de los negocios no se detiene. Día tras día se conocen noticias en todo el planeta que sólo sirven para ratificar el oscuro panorama económico y confundir y desesperanzar a cualquiera.

La semana pasada la Reserva Federal (FED, por su sigla en inglés) decidió reducir sus tipos de interés, en otra medida desesperada para evitar un desplome mayor en su economía. Un día después, el Departamento de Comercio de Estados Unidos anunció que el PIB de ese país había caído el 0,3 por ciento en el tercer trimestre de este año, lo que eventualmente significa que esa economía ya estaría en una recesión, como ocurre con otros países de Europa.

El petróleo se mantuvo cercano a los 60 dólares y las Bolsas en todo el mundo siguieron comportándose como una montaña rusa, aunque cerraron la semana con alzas importantes. Lo normal ahora es la confusión y la incertidumbre. Pocos lanzan apuestas definitivas sobre lo que viene. Pero ¿cuáles son las implicaciones reales de todos estos hechos para Colombia? ¿La estantería también se va a venir abajo? ¿Cómo se va a afectar el bolsillo de los ciudadanos con la crisis?

1 Poca plata

Una de las principales causas de la crisis internacional es que los mercados externos de crédito están prácticamente cerrados. A pesar de que la situación del sistema financiero colombiano hoy es muy saludable, el país va a sentir igualmente el apretón crediticio mundial. Además, los bancos colombianos han iniciado una política más exigente para la asignación de créditos. Esto inevitablemente significa que en los próximos meses, los usuarios van a seguir pagando tasas más altas y a la hora de solicitar nuevos créditos van a tener más dificultades. "El costo del crédito se ha aumentado y la liquidez se ha apretado", dijo Camila Pérez, directora de Tendencia Económica de Fedesarrollo.

Además, el gobierno nacional quiere fortalecer la salud del sector financiero y por eso está considerando que los accionistas de las entidades capitalicen parte de sus utilidades de este año; otro factor que podría generar presión crediticia.

Lo que defina el Banco de la República el próximo año va a ser clave, pues son cada vez más las voces que están pidiendo ahora una reducción en los intereses del Emisor. Pero cualquier decisión sólo la sentirán los colombianos en 12 ó 18 meses. Así que, por ahora, las tasas seguirán más altas de lo que quiere la mayoría. Es mejor asumir una actitud responsable para prevenir todos los riesgos evidentes: no es momento para endeudarse y sí, para ahorrar. Como dice el dicho, es mejor la seguridad que la Policía.

2 ¿Menos empleo?

Hay un tema fundamental para cualquier persona en medio de una crisis: ¿es posible perder el empleo? Esa es la pregunta que muchos se están haciendo en este momento en todo el planeta. En Colombia, la situación se ha vuelto preocupante en los últimos dos meses, porque las cifras de desocupación mostraron tendencia al alza, lo que podría profundizarse próximamente, pues Estados Unidos y Venezuela tienen embolatado su futuro; ellos son los dos principales socios comerciales del país. Además, la demanda interna viene cediendo terreno.

La más reciente encuesta empresarial de Fedesarrollo mostró que la mayoría de los empresarios o no va a aumentar su planta de personal o está considerando seriamente reducirla. Por eso es necesario tener claridad de que ante mayores riesgos es recomendable adoptar seguros. Por ejemplo, este no es un buen momento para gastar los ahorros o para utilizar las cesantías. Es mejor preparar algunos colchones para enfrentar noticias inesperadas.

3 Pelotera salarial

La de este año será una de las más duras negociaciones salariales en la historia reciente del país. Primero, los trabajadores están llenos de motivos para pedir un aumento salarial considerable, pues el disparo de la inflación durante los primeros meses se llevó el incremento del año pasado; todo lo demás ha sido pérdida del poder adquisitivo. Sin embargo, los empresarios también tienen sus argumentos, pues la caída en las demandas nacional e internacional va a ponerlos en aprietos para cumplir presupuestos. Lo más probable es que sea el gobierno el que termine decretando el aumento. El número mágico para esta negociación va a ser 7 por ciento, que es lo que ha marcado la inflación en lo corrido del año. Ni los trabajadores aceptarán menos, ni los empleadores ofrecerán más.

4 Que no cunda el pánico

Todo el mundo está desesperado por la caída en los índices bursátiles y en el valor de las inversiones y los ahorros. Pero aquí el asunto es claro: hay que guardar la calma. A menos que sea absolutamente necesario, lo mejor es no vender. Quienes tienen inversiones en el mercado de valores sólo van a sentir el impacto en la caída de los precios en la medida en que vendan sus activos. Por eso lo mejor es mantenerse quieto o, mejor aun, si alguien tiene cómo, es buen momento para comprar acciones o títulos que estén baratos. La Bolsa ha caído, pero las empresas colombianas están bien en este momento y así lo muestran sus balances, por eso la recomendación es mantener la calma y acordarse de que el ahorro y las inversiones se deben ver como un asunto de largo plazo.

5 El regreso del rey dólar

Aunque nadie le apuesta a un nivel específico en la cotización del dólar, es probable que por ahora la divisa no vuelva a los niveles de 1.700 pesos que alcanzó este año. ¿La razón? La oferta de dólares en la economía colombiana se va a reducir considerablemente por cuenta de las menores ventas externas del país, el cierre del crédito internacional, la caída en la inversión extranjera y los menores volúmenes de remesas desde el exterior. Así que no cabe esperar que la ola de dólares que hubo hacia Colombia en los últimos años se mantenga. En consecuencia, los viajes al exterior van a empezar a ser más caros y los bienes importados tendrán mayores precios.

Pero la devaluación del peso es una buena noticia para el turismo porque los extranjeros verán cómo sus planes de viaje hacia Colombia saldrán más baratos, y para los exportadores, que tienen por esta vía una forma de aumentar sus ingresos.

6 Todo lo que sube, ¿baja?

Una buena noticia es que probablemente en los próximos meses, la inflación va a ceder, lo que llevará a que los trabajadores recuperen parte de la capacidad de gasto que perdieron en los primeros meses de 2008. Los alimentos han empezado a bajar, al igual que los precios internacionales de muchos bienes básicos como el petróleo. Esto tiene varias implicaciones: caen los costos del transporte, lo que impacta positivamente en los precios al consumidor de la mayoría de bienes y caen las cotizaciones de insumos derivados del petróleo como los agrícolas y empaques de alimentos. Por otra parte, la desaceleración del consumo va a obligar a los empresarios a ajustar sus precios a la baja.

Habrá un efecto al alza en las cotizaciones de productos importados, así que la ola de compras de computadores, pantallas de televisión y electrodomésticos probablemente se va a frenar, pues esos precios van a subir. Un activo que también va a perder valor es la vivienda, pues cada vez menos personas piensan que es un buen momento para comprar casa. Ya hay cifras como el menor desembolso de créditos hipotecarios que muestran que estos precios también van a caer.