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VISA PARA UN SUEÑO

A GAVILAN, EL AVION COLOMBIANO, LE FALTAN 300 HORAS DE VUELO DE AQUI A NOVIEMBRE PARA OBTENER LA CERTIFICACION DE LA ADMINISTRACION FEDERAL DE AVIACION.

22 de julio de 1996

Todo el mundo dice que cada loco puede andar con su tema. Pero quien piense en hacer un avión en Colombia corre el riesgo de ser calificado como el más loco de todos. Sin embargo, a un fanático de la aviación como Erik Leaver eso no lo importó hace 10 años, cuando le pasó por la cabeza la idea de hacer un avión colombiano de trabajo pesado. Y menos le importa ahora. Al fin y al cabo, después de tanto tiempo de haber tenido el proyecto en sus manos, e incluso tras haber visto caer en 1992 el prototipo, que era casi como un hijo, ya tiene al segundo de su especie volando en Estados Unidos. Y lo mejor es que ya cumplió con el 70 por ciento de los requisitos para obtener la certificación de la Administración Federal de Aviación FAA de Estados Unidos y sólo le faltan unas pruebas de vuelo, que pueden durar 300 horas de aquí a noviembre, para alcanzar esa meta, que es como llegar al cielo. Erik Leaver siempre vio en Gavilán, que es el nombre del avión, no sólo un sueño sino un verdadero negocio. "En 1980 la producción de aviones livianos en Estados Unidos se vino abajo porque hubo algunos accidentes y las primas de seguros subieron. Ahí fue cuando vimos una oportunidad y en 1986 arrancamos con el proyecto de hacer un avión utilitario de costo bajo para volar en recorridos cortos donde no hay vías terrestres". Desde ahí es mucha el agua que ha corrido por debajo de Gavilán. Toda la emoción que se sintió en 1990, cuando el prototipo voló por primera vez, se vino al suelo dos años después cuando la aeronave se fue a tierra en Louisiana por una falla en el motor. Eso retrasó el proyecto tres años y sólo en mayo pasado, tras invertir ocho millones de dólares, estuvo listo el segundo modelo para emprender vuelo en el Piper Memorial Airport de Lock Haven, Pennsylvania. Llegar a eso fue toda una hazaña, en especial por aquello de la plata. Faltaban 700.000 dólares para iniciar el proceso de certificación y comercialización. Pero el dinero ya está asegurado, pues el Instituto de Fomento Industrial IFI y la Corporación Interamericana de Inversiones apoyaron el proyecto. Gavilán es propulsado por un motor a pistón de 350 caballos de potencia, y ya está en estudio la opción de hacerlo con turbohélice, lo que costaría dos millones de dólares más. El segundo prototipo del avión fue hecho en Estados Unidos, por las exigencias de la FAA, pero en adelante será ensamblado en Colombia con materia prima estadounidense. Su costo es de 300.000 dólares, y ahí está su ventaja competitiva. Por ahora ya han aparecido dos clientes: Aerotaxi, para hacer recorridos entre Ibagué y la zona montañosa del Tolima; y Aeroexpreso de Bogotá, que hará vuelos charter para la industria petrolera. Como si eso fuera poco, han aparecido interesados en Taiwan, Suráfrica y Brasil. Para satisfacer esas necesidades la empresa está nombrando distribuidores en diferentes partes del mundo. No obstante, el cliente que aún no ha podido convencer la empresa es al gobierno de Colombia, aunque persevera, pues sabe que esa es una ardua labor. A partir de 1997 la compañía tendrá capacidad para producir 12 aviones al año, pero la idea es llegar a 30. Si todo se cumple, podrá decirse que por primera vez un avión 'Made in Colombia' tiene el privilegio de sentir todos los vientos del mundo. El único proyecto similar que ha habido en Colombia es El Pijao, una aeronave de fumigación, que resultó de la compra de los derechos de un avión de Cessna. Así, siendo la de Gavilán una idea totalmente autóctona, parece que no hay duda de que es mejor dejar que cada loco se dedique a cultivar su tema a diestra y siniestra.