El presidente Barack Obama se reune con ciudadanos en Elkhart, Indiana, para explicar el mega-plan de su gobierno para sacar al país de la catástrofe económica. Su prestigio podrá crecerse como el de Roosevelt, si el paquete de estímulos funciona. | Foto: (AP Foto/Charles Dharapak, File)

ECONOMÍA

El New Deal de Obama

El presidente de Estados Unidos firmó una legislación histórica que inyectará a su economía 789 mil millones de dólares. De su éxito dependerá la suerte de buena parte de la economía mundial.

17 de febrero de 2009

Un fantasma rojo recorre el mundo. Pero no es el que auguraron Marx y Engels en su Manifiesto Comunista hace 160 años. En los últimos meses se han extendido por el planeta, como una mancha, las cuentas en rojo de los balances empresariales en picada, una crisis económica de dimensiones no vistas en 70 años.

Estados Unidos está oficialmente en recesión. Su economía se contrajo en el último trimestre de 2008 en 3,8 por ciento y según el Departamento de Comercio, más trabajadores perdieron su empleo en 2008 que en cualquier año desde la Segunda Guerra Mundial. Tiene una deuda enorme de 11 billones de dólares (255 veces la deuda externa colombiana) y un déficit fiscal de un billón.

En España la semana pasada también se anunció un segundo trimestre de decrecimiento de su economía al cerrar 2008, con 1 por ciento de caída.

Las economías de América Latina se han comenzado a frenar y los pronósticos de la Cepal para la región son de un crecimiento promedio de apenas 1 por ciento este año.

Las noticias para Colombia, que hasta ahora parecía de los mejores librados del hundimiento económico mundial, fueron así mismo preocupantes. En noviembre pasado las exportaciones colombianas cayeron en un 27,2 por ciento en comparación con el mismo mes del año anterior, según los datos del DANE. (El consuelo es que por el impulso con que venían a comienzos de 2008, las exportaciones crecieron en esos 11 meses casi un 30 por ciento).

Este mismo jueves, el presidente del gremio de los industriales, Andi, salió anunciar la mala nueva: la industria colombiana estaba oficialmente en recesión, pues cayó la producción de 16 sectores de la industria, se escurrieron las importaciones y las ventas.
Según la encuesta de opinión entre industriales, la producción nacional cayó en 2008 en un 3,1 por ciento, las ventas el 3 por ciento, unas cifras que sólo se vieron en los duros tiempos de la vuelta del siglo (1999-2001), cuando el pesimismo inundaba el país.

Todos mirando a USA

Casi no hay analista que no esté augurando que la crisis económica mundial puede hasta ahora estar en el comienzo, y que es imposible predecir la profundidad del abismo que le espera.

Cada país está tomando las medidas para contrarrestar la depresión (la sicológica, casi tan importante como la productiva) según donde esté parada su propia economía. En Colombia se espera que el gobierno se endeude más y se gaste unos 4.000 millones de dólares de sus reservas internacionales en invertir en obras de infraestructura y proyectos productivos.

La prioridad, han dicho los empresarios, deberá ser proteger el empleo hasta donde se pueda, pues ya casi 500 mil colombianos han perdido el suyo, y meterle las máximas exigencias de transparencia y control al gasto público. Es en esto último donde muchos consideran está la gran debilidad del gobierno.

Pero más allá de lo que haga cada cual, la brújula del mundo sigue siendo Estados Unidos. Es la economía más grande del planeta que le compró a los demás países sólo en 2008, 173 mil millones de dólares en bienes y servicios.

Por eso, como lo que pase allí nos afecta a todos, es que es tan crucial que el paquete de estímulos para reactivar la economía estadounidense que firma Barack Obama hoy, resulte exitoso.

Senado y Cámara llegaron a un acuerdo de aprobar estas medidas que le costarán al Estado 789 mil millones de dólares. (Esto es el equivalente a 4,3 veces toda la producción bruta colombiana del último año). Es programa de rescate económico más grande de la historia de ese país desde el New Deal con el que Franklin Delano Roosevelt sacó al país de la gran depresión en los años treinta.

“Tenemos una oportunidad que se da una vez en una generación de cambiar la adversidad por la oportunidad, y usar esta crisis como una oportunidad de tranformar nuestra economía para el siglo XXI”, dijo Obama a los miembros del Consejo de Negocios en Washington la semana pasada. “Es es el propósito que jalona el plan de reinversión y recuperación que he presentado ante el Congreso”.

Según lo ha calculado el equipo de Obama, y sin cuya presión hubiera sido muy difícil conseguir los votos en el Capitolio, el paquete de ayuda creará 3,5 millones de empleos.

Es muy revelador del liderazgo de Obama que, como lo puso, el diario Los Ángeles Times, después de una pelea entre partidos muy aguda (el paquete salió aprobado de Cámara sin un solo voto republicano a favor), la ayuda quedó trazada muy por las mismas líneas que había dibujado el Presidente hace más de un mes.

El paquete consiste en recortes de impuestos a empresas y a personas, inversión pública en vías, puentes, reparación de escuelas y otras obras de infraestructura y en salud, estímulos a quienes investiguen o produzcan fuentes de energía alternativa a los hidrocarburos y paquetes de ayuda para los estados miembros de la unión que tienen dificultades para cubrir sus propios presupuestos. Por ejemplo, a California le van a tocar unos 26 mil millones de dólares, que comparándolos con las cifras colombianas, es equivalente a la mitad de toda la deuda externa colombiana actual.

De acuerdo con la Oficina de Presupuesto del Congreso el plan entregará 284 mil millones a créditos de consumo y descuentos impositivos, 553 mil millones serán para construir (carreteras, puentes, etc.).

Un detalle que destacó un informe de BBC Mundo es que las golpeadas empresas automovilísticas Ford, General Motors y Chrysler se beneficiarán con 11 mil millones en reducciones de impuestos y de intereses para los compradores de autos.
Es importante destacar que por más acelerador que le ha metido el nuevo gobierno al plan para reactivar la economía, devolverles la capacidad de compra a los estadounidenses y, de paso, renovar y modernizar la infraestructura del país, la mayoría de las inversiones no se harán hasta 2010.

Esto quiere decir que es muy probable que tanto en Estados Unidos, como en el resto del mundo 2009 será difícil, y después, todo dependerá de si la gran apuesta del carismático Obama resulta, como él imagina, un motor que saque a Estados Unidos del hueco donde se encuentra y de paso jalone la de otros países que, como Colombia, ya empiezan a sentir con fuerza los efectos del fantasma de las cuentas en rojo.