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La banca que intenta llegar a los pobres

La crisis de las pirámides abre una oportunidad para que la Banca de Oportunidades crezca y brinde a la gente de menores recursos una alternativa legal para ahorrar, acceder a crédito y mejorar su calidad de vida

4 de diciembre de 2008

En medio de la crisis económica que viven muchos colombianos como consecuencia de la caída de las pirámides y la intervención a DMG, varios estafados han dicho que era la única opción que tenían para acceder a dinero para comprar vivienda o carro; o para pagar estudios o electrodomésticos que faciliten la vida. Argumentan que abrir una cuenta en un banco es muy difícil y engorroso y que además éstos cobran por todo sin mayores justificaciones.

Estas opiniones pueden ser ciertas. Muchos bancos colombianos le exigen a la gente demasiados requisitos para abrir una simple cuenta de ahorros, su servicio al cliente deja qué desear y cobran por todos los servicios, que en otros países no se cobran. Esta realidad afecta especialmente a las personas que manejan pequeños montos de dinero, donde el costo por pedir un certificado (6.000 pesos en muchas corporaciones de ahorro) o hacer una transferencia por Internet (700 pesos cada una) pueden realmente alterar las finanzas personales.

Obviamente la salida no es irse a participar en las pirámides o comercializadoras de dudosa reputación. El sistema bancario por más críticas que se le puedan hacer, tiene seguro sobre los depósitos de la gente y si viene una crisis ese seguro de depósito financiado por los mismos bancos y administrado por Fogafin, le devuelve a la gente su dinero. Eso pasó por ejemplo, con el Banco Andino, intervenido por el gobierno en 1999 en medio de una crisis financiera, que de todos modos terminó devolviendo todo el dinero a los contribuyentes.

Por eso es especialmente valioso mirar cómo ha evolucionado la iniciativa de 2006 del gobierno de crear lo que ha llamado la Banca de Oportunidades. Esta es una política inspirada en el Banco Grameen del hindú Muhammad Yunus, premio Nobel de Paz de 2006, que busca que los bancos lleguen hasta los lugares más pobres y aislados y ofrezcan condiciones adaptadas al bolsillo y los niveles de conocimiento de campesinos y obreros.

Esta Banca ha venido ofreciendo los servicios bancarios privados regulares, a través de 4.755 corresponsales no bancarios, como droguerías, misceláneas, panaderías, y otros. (Ver lista). En Nariño, uno de los departamentos que más han sufrido por la crisis de las pirámides, hay 91 corresponsales no bancarios distribuidos en 36 municipios. Y en Putumayo, el otro más afectado, hay 10 corresponsales no bancarios distribuidos en igual número de localidades.

Estos operadores, funcionan como representantes de los bancos pero además otorgan beneficios especiales para los clientes y costos un poco menores. Allí se ofrecen los servicios de recolección de documentación para abrir cuentas de ahorros o corriente, solicitudes de crédito y se pueden hacer también depósitos y retiros de dinero en efectivo.

La Superintendencia Financiera ha venido haciendo un esfuerzo para eliminar los requisitos para abrir cuentas que van a manejar recursos por menos de tres salarios mínimos mensuales. Algunos de los requisitos eliminados y que más facilitan el trámite de apertura de la cuenta son la verificación de la información de los solicitantes y la entrevista presencial.

Según las cifras de la Banca de Oportunidades publicadas en su página, entre junio de 2007 y septiembre de 2008, a través de estos operadores las personas han abierto más de 11.000 cuentas de ahorro. En total, se han realizado más de 7 millones de operaciones, que han movido 1,3 billones de pesos.

Igualmente, a través de estos corresponsales bancarios se han desembolsado 2,9 millones de créditos para microempresas.

Desde su creación, la Banca también ha venido diseñando mecanismos que buscan reducir los costos de los ahorradores con cuentas que reciben mensualmente máximo tres salarios mínimos. Por ejemplo, según Carlos Moya, director de la Banca de las Oportunidades, hoy cualquier persona puede firmar un formato en el banco diciendo que no quiere que le cobren el 4 por 1.000 para retiros que no superen los 7 millones de pesos.

“En este momento hay 16 millones de personas que tienen cuenta de ahorro. De ellos, 12 millones están exentos de ese impuesto. Faltan 4 millones de personas porque tal vez no saben que hay que hacer el trámite en el banco para eliminar el cobro”, dijo Moya.

Igualmente, desde abril de este año el gobierno determinó que las cuentas de bajo monto tienen derecho a hacer dos retiros al mes sin que se les cobre la cuota de manejo. A partir del tercer retiro, sí se les cobra. Y pueden revisar el saldo en forma gratuita una vez al mes. De dos veces en adelante, también se les cobra como a un ahorrador cualquiera.

Muchos consideran que estas reducciones son todavía muy tímidas y podrían ofrecerse condiciones mucho más generosas que faciliten a las familias de estratos más bajos un acceso menos oneroso al sistema.

Es verdad que los bancos, por eficientes que sean, jamás podrán ofrecer la rentabilidad de las pirámides o de DMG. Pero una de las lecciones que deja este derrumbe piramidal, es que gobierno y bancos deben hacer mayores esfuerzos porque el público menos urbanizado llegue al sistema bancario, prestándole servicios mejores y más baratos. Y la Banca de Oportunidades es el primer paso positivo en ese sentido. La crisis puede abrir una oportunidad de oro para que esta Banca crezca y le brinde a la gente realmente una alternativa para ahorrar, acceder a crédito y mejorar su calidad de vida.