Aquí no ha pasado nada

15 de julio de 2006

A pesar de las versiones sobre el posible conflicto de intereses en el proceso de concesión del aeropuerto El Dorado de Bogotá, Liliana Perdomo y Álvaro Durán resultaron siendo los más afectados en el esfuerzo de las autoridades por blindar el proceso licitatorio más importante del actual gobierno. Tanto Perdomo como Durán fueron los que por iniciativa propia pusieron de presente sus posibles conflictos. Sin embargo, la impresión que quedó en la opinión pública fue que las autoridades descubrieron alguna anomalía. "Fui yo quien renunció cuando descubrí que la firma de mi esposo, Santiago Pardo, había dado un concepto tributario y contable a uno de los consorcios", explicó Perdomo. Durán, por su parte, informó al zar anticorrupción, Rodrigo Lara, los vínculos contractuales que su firma de abogados mantenía con varios de los asesores de los consorcios que presentaron propuesta, justo en el momento en que se percató de ellos y antes de que cualquier otra persona hablara del tema. Perdomo ya quedó por fuera del proceso y lo más probable es que Durán no vuelva a ser consultado para la etapa final. No obstante, en ninguno de los dos casos se configuró alguna irregularidad. Y aunque es obvio que se deben mantener las alertas encendidas, blindar la concesión con noticias infladas puede resultar contraproducente.