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20 de junio de 2004

La semana pasada, durante la segunda ronda de negociaciones del TLC entre Estados Unidos y los países andinos en Atlanta, se confirmaron las aspiraciones de los norteamericanos en tres temas cruciales: agricultura, propiedad intelectual y servicios. Para nadie es un secreto que Estados Unidos considera "inconvenientes" las franjas de precios para los productos agrícolas, como lo manifestó la jefe de negociaciones de ese país, Regina Vargo. Este mecanismo, que dispara los aranceles cuando cae, por ejemplo, el precio internacional del arroz o del maíz, busca proteger a los agricultores colombianos de importaciones baratas. En propiedad intelectual, como también estaba previsto, Vargo se refirió a la necesidad de garantizarles a las empresas farmacéuticas el uso de patentes por un mayor tiempo. Y en servicios, en particular los financieros y de telecomunicaciones, los negociadores gringos pidieron "mayores niveles de apertura", según un comunicado emitido por el equipo colombiano.