Condena

1 de noviembre de 1993

"PARECE QUE ahora es un delito amar y servir al pueblo, sobre todo a los pobres", fue el comentario de Imelda Marcos cuando se le notificó el fallo en su contra por corrupción. La sentencia es un triunfo simbólico para el gobierno filipino, pues se refiere sólo a uno de los negocios fraudulentos que la mujer y su esposo, el fallecido Ferdinando Marcos, llevaron a cabo a través de más de 20 años en el poder, para esquilmar más de 500 millones de dólares del Tesoro. La viuda, cuya fama alcanzó la cumbre a raíz de su extravagante colección de miles de zapatos, podría ser condenada a entre 18 y 24 años de prisión por un contrato fraudulento que involucró también al ex ministro de Transportes, José Dans. Pero aún falta mucho para que Imelda quede a la sombra, y no se considera factible que el gobierno pueda recuperar todo el tesoro robado por la mujer mejor calzada del mundo.