David y Goliat

4 de enero de 2004

Mientras todos los ojos están puestos en la danza que protagonizan por estos días el euro y el dólar, el paisaje monetario sufre una transformación de más larga duración: lentamente pero con paso seguro, el euro se extiende y consolida su papel internacional. El criterio más significativo es el lugar que la moneda europea ocupa en los mercados de obligaciones. Según una investigación reciente (Boletín del Banco Central Europeo, noviembre de 2003), en el volumen total de obligaciones internacionales, sumados todos los emisores, los títulos emitidos en euros (41,5 por ciento) prácticamente alcanzaron a los títulos en dólares (42,5 por ciento). Ese salto en parte es atribuible a la subida de la moneda europea frente al billete verde. En cuanto a los inversionistas internacionales, las fluctuaciones del cambio euro/dólar les sirvieron de estímulo para distribuir sus tenencias de manera más equilibrada y reducir los riesgos. Como nunca antes, el euro es al dólar lo que David es a Goliat.