De papayita

7 de agosto de 1995

LOS REPUBLICANOS YA encontraron un lado por donde arremeter contra el Presidente Bill Clinton en la próxima campaña presidencial: dándole duro al aborto. El primer golpe para conquistar al electorado de derecha con el tema fue una reforma introducida por la Cámara de Representantes al sistema de seguridad social, que le permite a los estados de la unión abstenerse de sufragar los costos que acarrean los abortos. Pero la batalla va más allá. El Senado se ha negado a aprobar el nombramiento del ginecólogo Henry Foster como cirujano general; lo consideran indigno por haber practicado 39 abortos durante su carrera. Aunque hasta la fecha los líderes republicanos no han anunciado su lucha en pro de la penalización -entre otras cosas porque dispararía los abortos ilegales- es indudable que el tema será un caballito de batalla en la contienda de 1996.