Error garrafal

20 de enero de 2007

Cualquier persona que medio conozca el mundo petrolero es consciente de un hecho irrefutable: pronosticar con certeza el precio futuro de petróleo ha sido hasta ahora un imposible. Muchos han hecho el oso dándoselas de adivinos, desde los jeques de la Opep hasta los expertos de la respetada revista The Economist. A finales de 1997, los países miembros de la Opep decidieron aumentar la producción en un 10 por ciento porque anticipaban una mayor demanda de su producto. Pero la crisis asiática que había empezado meses antes terminó siendo mucho más grave y generó una gran reducción en la demanda. El resultado: el precio cayó estrepitosamente hasta llegar a 10 dólares. A The Economist tampoco le fue bien. En una edición de 1999 dijo que el precio a largo plazo del petróleo iba a ser de cinco dólares. Por esta incertidumbre, las petroleras planean sus presupuestos de manera conservadora y asumen un precio mucho menor que el de la coyuntura. Y aunque en 2005 y 2006 el petróleo estuvo mucho tiempo por los 70 dólares, el precio base para los proyectos de las petroleras oscilaba entre 25 y 30 dólares. Ecopetrol utiliza la misma regla. Por eso es inaudito que el Ministerio de Hacienda presupuestara sus ingresos esperados en 2007 a un precio de más de 60 dólares el barril y que ahora se vea a gatas para reemplazar el faltante porque hoy esté en 50 dólares.