HISTORIA A LA MEDIDA

15 de diciembre de 1997

A falta de un mejor símbolo nacional los ciudadanos de Uzbekistán han adoptado un prócer poco recomendable. Se trata de Tamerlán, también conocido como Amir Timur, o Timur el grande, quien tiene reputación entre los historiadores de ser el conquistador más sanguinario de la historia de la humanidad. Según los recuentos aceptados, en el siglo XIV el ejército turco-mongol de Tamerlán asesinó a 17 millones de hombres, mujeres y niños en su recorrido de conquista por toda el Asia, entre el mar Negro y la India. Pero hoy, por cuenta de un decreto gubernamental, todas esas verdades históricas han pasado a la categoría de calumnias de la oposición. En Samarkanda hay un gran museo dedicado a su memoria y los niños aprenden que se trató de un personaje benévolo.