Inglesa y católica

14 de febrero de 1994

LA DUQUESA DE KENT hizo pública la semana pasada su decisión de separarse de la Iglesia de Inglaterra (también conocida como Anglicana) para convertirse al catolicismo. El hecho, que cayó como una bomba en Gran Bretaña, se convirtió en el último episodio de un proceso iniciado cuando la dirigencia eclesiástica anglicana resolvió aceptar la ordenación de mujeres como sacerdotisas. Semejante decisión hizo que un gran número de sacerdotes y fieles pidiera y obtuviera el permiso de Roma para incorporarse a la Iglesia Católica, y que ésta respondiera positivamente, incluso en el caso de algunos sacerdotes casados.
Pero el caso de la duquesa tiene implicaciones mucho más profundas, porque pose e la potencialidad de afectar las relaciones entre la Iglesia Anglicana y la Corona en momentos en que se está cuestionando hasta la validez del sistema monárquico. Lo cierto es que la conversión podría acelerar la decadencia del anglicanismo, nacido del divorcio del rey Enrique VIII en el siglo XVII.