Irreverencia histórica

27 de marzo de 1995

MUCHOS CHECOS están furiosos por el destino que han corrido sus monumentos nacionales luego del desmonte del régimen comunista. El experto Jiri Muller, por ejemplo, sostiene que esos edificios y estatuas que contienen la historia de la Nación ahora son utilizados para fines privados de la nueva elite económica y política del país. El problema es que el Estado ya no gasta dinero en mantenimiento y rehabilitación de esas obras, no sólo porque no tiene disponibilidades presupuestales sino porque muchas fueron devueltas a particulares, iglesias, ciudades y municipios al producirse la desestatización de la sociedad checa.
Uno de los casos más mencionados es el del panteón del Museo Nacional de Praga, donde en el pasado se realizaban los funerales de los jefes de Estado y donde ahora la cadena privada de televisión Nova realiza espectáculos de variedades al estilo hollywoodense. El gran pabellón de las ferias 'Veletrzni Palace', registrado en la lista de monumentos mundiales de la Unesco, y las salas del castillo de Praga, antigua sede de los reyes checos, son utilizadas para fiestas privadas, señaló Muller.