Los monstruos de Hollywood

27 de enero de 2006

El negocio del entretenimiento en Hollywood trabaja cada vez a escalas más gigantes. Y por eso los estudios medianos ya no pueden sobrevivir por fuera de los grandes conglomerados. La última prueba de esto es la venta, hace unos días, de Dreamworks, el estudio de Steven Spielberg, a Paramount Pictures, propiedad de Viacom, uno de esos grandes conglomerados. Spielberg vendió en 1.700 millones de dólares la empresa con la que produjo más de 60 películas, como Rescatando al soldado Ryan y Belleza americana. La venta a Paramount muestra la indiscutible realidad económica que gobierna hoy a Hollywood: cuanto mayor, mejor. Este axioma se puede aplicar tanto a las películas como a los estudios que las producen. King Kong costó 207 millones de dólares, lo que la convierte en la película más cara de la historia, seguida por Titanic, que costó 200 millones de dólares. Estos presupuestos colosales serán muy seguramente rebasados el año entrante, cuando se estrene Superman, la nueva superproducción de Universal.