MADRE EJEMPLAR

3 de noviembre de 1997

La renuncia del presidente de las operaciones norteamericanas de Pepsi-Cola la semana pasada sorprendió al mundo. Primero porque pocos sabían que ese cargo era ocupado por Brenda Barnes, una exitosa ejecutiva de apenas 43 años con una brillante carrera en Pepsi. Y más aún porque renunció a uno de los puestos más codiciados del mundo empresarial norteamericano y a un salario anual superior a los 500.000 dólares para dedicarle más tiempo a sus tres pequeños hijos. En palabras de la ejecutiva, "no estoy abandonando mi trabajo porque mis hijos necesiten más de mí, sino porque yo necesito más de mis hijos". Barnes es la última de una serie de altas ejecutivas que han decidido dejar sus lucrativas profesiones para dedicarle más tiempo a sus familias.