MANOS LIMPIAS

29 de diciembre de 1997

La semana pasada ocurrió un suceso alentador en la lucha contra la corrupción a nivel internacional. La Oecd, organización que agrupa a las 29 economías más desarrolladas del mundo, decidió criminalizar los pagos de sobornos por parte de empresas de países miembros a funcionarios públicos del Tercer Mundo. Hasta el día de hoy sólo en contadas naciones, como Estados Unidos, este comportamiento constituye un delito. El gobierno estadounidense calcula que los sobornos por parte de empresas de otros estados le costaron a empresas norteamericanas 11.000 millones de dólares en contratos perdidos sólo en 1995. En muchos países europeos, incluido Alemania, el pago de sobornos a funcionarios extranjeros para obtener contratos es incluso deducible de impuestos. Aunque todavía tiene que pasar por los cuerpos legislativos de los diferentes países antes de convertirse en ley, el acuerdo constituye un paso importante hacia una mayor transparencia en la contratación internacional.