VIEJAS COSTUMBRES

1 de enero de 1996

"OLD CUSTOMS DIE hard", reza el dicho inglés que se refiere a la dificultad que tienen las costumbres para morir. Una de ellas, la de considerarse un imperio, no ha dejado por completo a la Gran Bretaña y prueba de ello es que solo ahora, al final del siglo, dejarán los buques de la marina real de tener lavanderos provenientes de Hong Kong. Desde los años 30, cuando fueron contratados los primeros en la posesión británica, las labores de limpieza de la ropa ha sido encomendada a estos 'sirvientes' que, por unas 40 libras al mes (unos 80.000 pesos colombianos) cuidaban con esmero del impecable aspecto de la orgullosa marinería de la reina. Como el enclave de Hong Kong será devuelta la República de China en 1997, sus ciudadanos ya no serán elegibles para trabajar en los barcos británicos, y sus tripulantes tendrán que encargarse ellos mismos del cuidado de su ropa. Cosas de la descolonización.