VIVIO PARA VERLO

30 de noviembre de 1992

ALGER HISS ERA EN 1950 un importante funcionario del departamento de Estado norteamericano, cuando se vio involucrado en un caso de espionaje que conmocionó a Estados Unidos. Un reconocido miembro del Partido Comunista de Estados Unidos declaró en ese año que Hiss había sido "su amigo más cercano en el partido " y que le había entregado documentos secretos con destino a la Unión Soviética. Hiss nunca fue acusado formalmente de espionaje, pero pasó cuatro años tras las rejas por haber "mentido a un gran jurado sobre sus relaciones con la Unión Soviética". La promisoria carrera del abogado de 43 años se fue por la borda y el hombre se dedicó a tratar de limpiar su nombre. Su oportunidad llegó con la apertura de los archivos de la antigua Unión Soviética, donde el general Dmitri Volkogonov, reconocido historiador profesional, investigó los archivos y declaró oficialmente que no había nada en ellos que inculpara a Hiss. Hoy, de 87 años, el anciano pudo declarar que "ahora si puedo morir tranquilo".