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Camilo Cuervo (Foto para columna)

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Elecciones Regionales: una oportunidad de oro para recuperar el rumbo

La inflación no cede, el sector productivo está paralizado, las decisiones de inversión se bloquearon y la sensación de inseguridad atormenta diariamente a los colombianos.

28 de octubre de 2023

Todavía recuerdo, con algo de dolor, pero sobre todo con nostalgia, que muchos sectores sociales nos advertían que debíamos tener cuidado con las elecciones de 2022, en especial con las elecciones del actual Congreso. Se hizo famoso el “¡ojo con el 22!”, pero los colombianos cerraron los ojos, se taparon los oídos y siguieron caminando hacia el abismo.

En ese momento, a pesar de las advertencias, era muy claro que existía una estrategia metódica para que los sectores más radicales de la aparente izquierda colombiana llegaran al poder, no con la promesa de un cambio favorable para todos los colombianos, sino con la velada intención de refundar el país, imponer su ideología y tratar, como sea, de perpetuarse en el poder. Hoy es claro que no importa mucho la forma, para ellos lo único válido es el resultado. Hemos aprendido, con sangre, que “correr la línea ética” hoy es la regla, no la reprochable excepción.

Hace muchos años no teníamos una situación tan difícil. Hoy sentimos que regresamos al inicio del presente siglo y trasegamos por los caminos de la desesperanza, la anarquía, el caos y el miedo. Lamentablemente, la incertidumbre y la zozobra son la regla, no por lo que puede pasar, sino por lo que nos está pasando.

La inflación no cede, el sector productivo está paralizado, las decisiones de inversión se bloquearon y la sensación de inseguridad atormenta diariamente a los colombianos. Estamos empezando a sentir que el progreso se detuvo abruptamente y que podríamos ser inviables como nación. El país está partido en miles de pedazos; la gente está empezando a sentir que no vale la pena seguir luchando.

Pues bien, siempre he creído que Dios es colombiano y nunca nos desampara. Paradójicamente, cuando hemos tocado fondo, desde lo más profundo del abismo, desde el barro, hemos resurgido para salir adelante y progresar. Los colombianos logramos superar varias guerras contra el narcotráfico y le arrebatamos el país a la insurgencia cuando literalmente nos secuestraron en las ciudades.

Con esa esperanza, con la certeza de que Colombia es mucho más grande que aquellos que actualmente nos gobiernan, es que tengo la fe puesta en que los colombianos no se volverán a equivocar. Esta vez tenemos una oportunidad única de enmendar los errores cometidos. Podemos recuperar el país con el arma más poderosa que tenemos: con nuestro voto libre y reflexivo.

Es hora de que los poderes regionales queden en manos de aquellos que puedan hacerle un verdadero contrapeso al Gobierno Nacional. No se trata de confrontarlo, es tan sencillo como buscar un equilibrio de poderes para que lo que hemos construido a lo largo de muchas décadas no se destruya y lo que pueda mejorar, mejore.

Es imprescindible recuperar los gobiernos de las principales ciudades y departamentos del país. En algunas de ellas el tema está afortunadamente muy definido, como sucede con Barranquilla y con Medellín, pero en otras regiones la pelea es voto a voto.

Bogotá es quizá la pelea más importante de todas, no solo por la cercanía con el poder central y por ser el segundo cargo de elección popular más importante de Colombia, sino porque se juegan décadas de desarrollo si los bogotanos se vuelven a equivocar. La capital de todos los colombianos no es de derecha, ni de izquierda; siempre ha demostrado ser una ciudad pensante que tiene la capacidad de votar con libertad, con opinión y con criterio. La primera línea del metro es tan solo uno de los temas que se ponen en juego el domingo, pero hay temas de igual o mayor calado que también se definirán dependiendo del que llegue a remplazar a la alcaldesa Claudia López.

Que el buen criterio ilumine a todos los colombianos. Esta vez no podemos volvernos a equivocar.

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