| Foto: ARCHIVO SEMANA

PROTAGONISTAS

Un duelo aplazado

La imagen de esta mujer le dio la vuelta al mundo. Es una de las madres de los jóvenes de Soacha víctimas de los llamados 'falsos positivos'.

25 de agosto de 2012

“Mi hijo desapareció el 13 de enero de 2008 en Soacha y el 15 ya había muerto. Dizque en combate”. Lo cuenta Flor Hilda Hernández, una de las madres de los jóvenes de Soacha, Cundinamarca, víctimas de los llamados falsos positivos. Hoy, después de cuatro años de la muerte de Elkin Verano, ella sigue luchando para ver tras las rejas a los asesinos.

Tras unos ocho meses de búsqueda infructuosa, Flor Hilda se enteró que el cuerpo de su hijo estaba en Ocaña. Hasta allá viajó el 25 de septiembre, aprovechando el apoyo de la Defensoría del Pueblo. Tan duro como reconocer lo poco que quedaba del cuerpo de Elkin, fue que la Fiscalía le dijera que su hijo había muerto en un combate con el Ejército. “Esas palabras y las de Álvaro Uribe cuando se refirió a ellos como delincuentes, nos dolerán por siempre a las familias de las 17 víctimas. Ellos eran muchachos sanos”.

La lucha para demostrar la inocencia de su hijo ha sido larga. Todavía Flor Hilda lamenta que los criminales estén sueltos y “burlándose de los jóvenes que asesinaron y a quienes hasta torturaron, como se reveló hace poco. Y todo por obtener un reconocimiento”. Dice que las audiencias se han alargado porque los militares sacan excusas para no asistir. Solo dos de los casos de ‘falsos positivos’ de Soacha se han resuelto, cuando 14 militares fueron condenados y ahora esperan su sentencia.

A Flor Hilda le preocupa que le llegue la orden de exhumación, como les ha ocurrido a otras madres. Por un lado, no tiene cerca de 2 millones de pesos para pagar los costos del proceso y, por otro, teme que se pierdan evidencias. Pero pronto comenzarán las audiencias orales y con ellas llega una nueva esperanza. “Siento que nunca voy a terminar de hacer este duelo. Por lo menos mientras no haya justicia, verdad y reparación, no lo voy a lograr. La impunidad duele igual que el crimen. Es una burla”.

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