INVESTIGACIÓN

Clases de lenguaje desde los cuatro meses

Un estudio demostró cómo los bebés pueden entrenar sus competencias lingüísticas incluso antes de que tengan edad suficiente para hablar.

27 de octubre de 2014

Los bebés empiezan a diferenciar los sonidos del lenguaje de los del entorno desde los cuatro meses de edad. Según determinó una investigación de la doctora April Benasich, de la Universidad de Rutgers-Newark, desde esa temprana edad se puede estimular a los bebés para que desarrollen capacidades fundamentales para adquirir y procesar el lenguaje.

"Los bebés están explorando constantemente el entorno para identificar los sonidos que podrían ser el lenguaje", dice Benasich, quien dirige el laboratorio de estudios de infancia del Centro Molecular y del Comportamiento Neurocientífico de la universidad. "Guiamos sutilmente los cerebros de los bebés, para centrarlos en los estímulos sensoriales que son más significativos para la elaboración de estos mapas acústicos”.

Estas estructuras permiten que el niño pueda decodificar el lenguaje de forma rápida y automática. Si se han formado bien permiten un procesamiento más rápido y preciso del lenguaje, una habilidad que es fundamental para el funcionamiento cognitivo óptimo. Por ejemplo, cuando los bebés balbucean, es importante que los padres les hablen de forma clara y en un tono normal. Aunque no entiendan completamente, en el cerebro de los niños se empieza a formar la idea de que pueden comunicarse con los sonidos que producen.

Benasich afirma que con este entrenamiento pudo acelerar y optimizar la construcción de mapas acústicos de los bebés. "Jugando logramos que los bebés prestaran atención a lo que era importante para nosotros en la investigación" dice Benasich, "y esto fue fundamental en el proceso, pues ayudábamos a que los niños se centraran en los sonidos del idioma que estaban aprendiendo y no en los del ambiente. Investigaciones anteriores han demostrado que el procesamiento preciso de estas diferencias, es altamente predictivo de las habilidades lingüísticas del niño a los tres, cuatro y cinco años”.

El experimento tiene el potencial de proporcionar beneficios duraderos. Los escáneres mostraron que los cerebros de los bebés procesan patrones de sonido con alta eficiencia a los siete meses de edad después de seis sesiones de entrenamiento semanales. El equipo de investigación hace un seguimiento de estos bebés hasta los 18 meses para observar si los patrones se conservan. Ese resultado sugiere que una vez que Benasich realiza los mapas acústicos a edades cada vez más tempranas, se formarán mejor y los beneficios serán más perdurables.

Benasich dice que la construcción de estos mapas tiene el potencial de estimular el lenguaje de los bebés con desarrollo normal, así como el de los niños en riesgo de padecer problemas de desarrollo del lenguaje. La investigadora explica además, que aspira a que los padres podrán hacer en casa lo que ella hace en su laboratorio, con el uso de un dispositivo que se encuentra en desarrollo y que podrá utilizarse como un juguete interactivo.

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Lea el estudio completo en este vínculo.

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