| Foto: Cortesía Asocajas

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Por el camino del empleo

Cerca de 8.2 millones de trabajadores formales en Colombia están afiliados al Sistema de Subsidio Familiar. En la eventualidad de quedar cesantes, estas personas tienen la posibilidad de acceder a los beneficios del Mecanismo de Protección al Cesante e ingresar nuevamente al mercado laboral.

30 de abril de 2015

Cuando el desempleo toca la puerta de nuestro hogar surgen una serie de recursos que van desde la revisión exhaustiva de la agenda de contactos para remitirles un hoja de vida o la de comprar periódicos con el fin de iniciar la búsqueda en la interminable lista de avisos clasificados. Sin embargo, hoy existe una modalidad que interrelacionan al buscador de empleo con las vacantes laborales que ofrecen las empresas: las Agencias de Colocación de Empleo.

Esta opción –la menos conocida, pero la más efectiva- nació de la Ley 1636 de 2013 que creó el Mecanismo de Protección al Cesante (MPC) y el Fondo de Solidaridad de Fomento al Empleo y Protección al Cesante (Fosfec).

Del nuevo Mecanismo hace parte el Fondo de Solidaridad de Fomento al Empleo y Protección al Cesante (Fosfec), que tiene tres instrumentos de intervención. El primero tiene que ver con las prestaciones por desempleo. En este enfoque las Cajas de Compensación cotizan a salud y pensiones por estas personas -hasta por 6 meses de desempleo-, así mismo, les pagan, por igual periodo, la cuota monetaria del Sistema de Subsidio Familiar bajo las mismas condiciones que la recibían como trabajadores.

El segundo instrumento es la intermediación laboral, en el que se busca la formación de cada persona con respecto a los perfiles laborales que requieren las empresas, de esta forma se construye la ruta de empleo que permite orientar a cada persona en la consecución de empleo formal. Finalmente, el tercer instrumento es la capacitación que está enfocada al fortalecimiento de las habilidades y capacidades de la persona, armonizando de esta forma el perfil de los beneficiarios del Fosfec con el mercado laboral.

Es así como, según Álvaro José Cobo Soto, presidente Ejecutivo de Asocajas, “si en la ruta de la empleabilidad, los cesantes requieren fortalecer una competencia especial de acuerdo con la orientación ocupacional prevista, entonces se remiten al área de capacitación. Posteriormente un buscador de empleo les permitirá emplearse más fácil”.

Y aunque la atención está enfocada a las personas desempleadas, el mecanismo también contempla apoyo a los ocupados que acudan a las agencias de empleo de las Cajas, a través de los programas de intermediación y capacitación laboral.

Estos programas se financian con cargo al 12.25 por ciento del total de los aportes empresariales al Sistema del Subsidio Familiar. En esta forma, a partir de los recursos estimados para 2015 se prevé que se pueda atender a través de los instrumentos cerca de 230.000 personas, tanto cesantes como ocupados.

El camino

Aquellos colombianos que no ingresan al sistema educativo y se encuentran buscando empleo como objetivo inmediato, pueden acceder a la intermediación laboral que ofrece el Mecanismo de Protección al Cesante a través de dos vías: las Bolsas de Empleo (desarrolladas principalmente por las universidades), y las Agencias de Empleo (del Sena, las agencias privadas y de las Cajas de Compensación Familiar).

Para Andrés Vergara, economista asesor de Asocajas, estas últimas ofrecen un valor agregado especial: las agencias de empleo de las Cajas de Compensación Familiar también tienen la posibilidad de asignar las prestaciones por desempleo y brindar orientación laboral.

En este proceso, dependiendo de las capacidades y habilidades de cada persona, se diseña un ruta de empleo, “sugiriéndoles realizar capacitaciones de conocimientos específicos, certificándolos en esas capacidades, fortaleciendo sus competencias laborales y las competencias blandas, que son habilidades enfocadas a la interacción en el trabajo (comunicación, liderazgo, resolución de problemas); o desarrollar competencias para el emprendimiento, si la persona presenta aptitudes para ello”.  

Trampolín

Las Agencias de Empleo y el Servicio Público de Empleo son espacios en el que confluyen los desempleados y las empresas. Unos averiguan por soluciones laborales; y otros, por determinados perfiles, precisan un canal donde se les facilite un proceso de revisión y preselección para lograr equilibrio entre oferta y demanda.

Estas entidades son el medio perfecto mediante el cual las Cajas de Compensación Familiar, a través de las Agencias de Empleo, vinculan a las empresas como buscadores de trabajadores y a los trabajadores como oferentes de trabajo.

“El establecimiento de un Servicio Público de Empleo, soportado principalmente en la acción que realizan las Cajas de Compensación Familiar, es una medida en la dirección correcta”, declaró a la revista Más Vida Juan Carlos Cortés González, exviceministro de empleo y pensiones.

Actualmente el país cuenta con más de 302 Agencias de Empleo en 87 municipios, con capacidad para atender al año a 500.000 personas desempleadas. Gracias al apoyo de las Agencias de Empleo de las Cajas de Compensación Familiar, 32.561 colombianos pudieron terminar con un contrato laboral en 2014; año en el que las Agencias de Empleo de las Cajas de Compensación Familiar atendieron las solicitudes de 345.073 personas que buscaban empleo en las 27.863 empresas de todo el país que ofertaban vacantes.

El Mecanismo de Protección al Cesante, con sus tres componentes (agencias de empleo, capacitación e intermediación laboral), constituye un sistema integral que tiene como único fin ayudarle a la población activa laboralmente. Según el presidente de Asocajas, este proceso les permite a las personas perfeccionar su perfil ocupacional y sintonizarlo con el mercado laboral y las exigencias de las empresas.