Las tensiones entre Arabia Saudita e Irán tienen bases en diferencias religiosas. | Foto: Archivo Semana.

MUNDO

Sunitas y chiítas: un conflicto ancestral

Aunque las tensiones entre Arabia Saudita e Irán aumentan día a día, el conflicto entre estas dos naciones se reduce a las dos corrientes principales del Islam: Sunismo y Chiismo. Semana Educación le explica.

7 de enero de 2016

Tras las tensiones por la ejecución de un importante clérigo chiíta en Arabia Saudita, dicha nación rompió sus relaciones diplomáticas con Irán. El anuncio de Arabia llegó poco después de que Irán amenazó a su rival con una “venganza divina” y de que unos manifestantes atacaron la embajada saudita en Teherán.

Sin embargo, la ejecución es un simple ejemplo de las malas relaciones entre estas dos potencias de Oriente Medio que se encuentran en bandos opuestos en algunos de los diferentes conflictos que afectan a la región.

¿Qué hay detrás del conflicto que se está desatando entre Irán y Arabia Saudita?

Lo que existe es un pulso de fuerzas entre dos potencias mundiales del mundo musulmán y dos interpretaciones muy distintas del islam. El conflicto entre chiítas y sunitas no es nada nuevo. Desde hace muchos siglos estas dos ramas del Islam están en desacuerdo sobre quiénes son los sucesores legítimos de Mahoma.

Por un lado están los chiítas en Irán y por el otro están los sunitas en Arabia Saudita. Son dos ramas del mismo tronco cuyas disputas por el liderazgo se remontan al año 632, tras la muerte de Mahoma (el fundador del islamismo). Los chiítas creían que el poder debía quedar en manos de Alí, yerno de Mahoma, y de sus descendientes, pues defendían la sucesión por parentesco. Los sunitas en cambio apelaban a las escrituras para sostener que el sucesor debía ser elegido por los miembros de la Comunidad Musulmana.

A pesar de sus diferencias teológicas que provocaron un gran cisma dentro del islamismo, más de 1.600 millones de musulmanes están de acuerdo en que Alá es el único Dios, Mahoma su mensajero y el Corán su libro sagrado.

No obstante, los sunitas son mayoría en el mundo islámico, representan entre el 86% y el 90% y Arabia Saudita es el país más poderoso de Oriente Medio que sigue esta corriente. Por lo contrario, Irán es la mayor potencia entre los seguidores chiítas. Estos últimos, también son mayoría poblacional en Irak y Bahrein y existen importantes comunidades minoritarias de chiítas, en Pakistán, Yemen, Siria y Arabia Saudita.

Lo cierto es que las diferencias entre unos y otros que mezclan religión, economía y política son las causas de la violencia interna en muchos lugares de Oriente Medio, en especial Siria, Líbano e Irak. Mientras una visión extremista del sunismo liderada por el autodenominado califato de Estado Islámico gana territorio en río revuelto y fragmenta a la sociedad árabe.

Para el debate

¿Considera que las tensiones entre Irán y Arabia Saudita son netamente religiosas o que hay intereses de otra índole detrás? Deje sus comentarios en nuestro Twitter @SemanaEd y @Simongrma.