| Foto: Guillermo Torres

EDUCACIÓN

8 enseñanzas de la Cumbre Líderes por la Educación

A pocos días de su cuarta edición, el evento en su pasada edición dejó claro que para mejorar en educación la inversión es prioridad. Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, la ruta ya está trazada. Estas fueron las principales conclusiones.

4 de septiembre de 2017

¿Qué es más importante que hablar de educación? Colombia está en un momento histórico en el que la educación juega un papel fundamental y es enseñar a los colombianos a vivir en paz. Bajo esta premisa, Semana Educación realiza cada año la Cumbre Líderes por la Educación.

Se trata del evento más importante del sector educativo en el país, un escenario para compartir experiencias pedagógicas innovadoras y discutir sobre los retos en educación. 

La Cumbre Líderes por la Educación 2016 fue la tercera edición de este encuentro. Durante sus dos días, los más de 900 asistentes escucharon a 57 expertos entre nacionales e internacionales del sector educativo, repartidos en diez mesas de trabajo que discutieron sobre la educación desde la primera infancia hasta la vinculación al sistema laboral.

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Lo cierto es que convertir a Colombia en la nación más educada de la región exige superar varios obstáculos, unir voluntades y encontrar consensos para saber cuál país se quiere construir. Estas fueron sus principales conclusiones.

1. ¿Por qué educar?
Todos los países que han salido de un conflicto armado han tenido que reconstruir su tejido social mediante la educación. Pero no basta con solo aumentar la cobertura y su acceso, mejorar la infraestructura y capacitar maestros. Una clave, de acuerdo con el Kroc Institute for International Peace Studies, yace en saber con qué finalidad se va a educar. Un caso emblemático es Irlanda del Norte, donde tras la firma de la paz en 1998 el Estado erigió un sistema educativo con el objetivo de inculcar la comprensión mutua, la aceptación de las diferencias y la integración.

2. Hay que arrancar temprano
Una de las brechas más grandes se abre en la primera infancia. Ya desde los primeros años de vida, millones de niños de escasos recursos carecen de estímulos antes del colegio. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a los 6 años las “diferencias cognitivas empiezan a notarse y crean desventajas en el sistema”. Las consecuencias son desastrosas, no solo por las carencias intelectuales y la baja competitividad, sino porque justamente estos niños tienen más dificultades para desarrollar habilidades sociales y emocionales. El país necesita no solo seguir por la senda de la formación inicial, sino también capacitar a los padres para que sepan acompañar a sus hijos desde el primer momento.

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3. Sin currículo, el camino no es claro
El país sigue con la tarea pendiente de definir las directrices sobre cómo y qué debe enseñarse en las aulas. Para algunos, hablar de currículo es imposible, pues no solo hay ya estándares curriculares, sino que la Constitución establece una libertad de cátedra. Para los críticos, sin embargo, es necesario un currículo que permita reflexionar sobre el futuro y encontrar consejos sobre la sociedad por construir. El debate no es nuevo y se necesita resolver. No solo porque la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) ya le recomendó al gobierno crear estándares, sino porque la paz abre la puerta para redibujar el destino de Colombia. 

4. Los docentes son la base
Los esfuerzos del gobierno por mejorar la calidad docente en Colombia por medio de becas, créditos y otros incentivos son el camino correcto para contribuir a un sistema de educación de alto nivel. Sin embargo, hay que acelerar el ritmo para ver más y mejores resultados. Quienes deciden formarse como profesores siguen teniendo los resultados más bajos en las pruebas de evaluación docente. Además, el modelo de evaluación, aunque necesario, requiere definir las competencias específicas que debe desarrollar un educador.

5. Competencias blandas, la clave del bienestar
Un país que quiera avanzar en educación debe entender que las habilidades socioemocionales de sus ciudadanos son una clave crucial para ser competitivos en el siglo XXI. Las naciones de Asia y Europa que lideran las pruebas internacionales como Pisa han enfocado sus esfuerzos en equilibrar, desde las aulas, capacidades cognitivas y socioemocionales. De acuerdo con la Ocde, sólo una formación integral permitirá a las personas enfrentar los desafíos de la actualidad. Es por eso que el contexto actual colombiano exigirá asimilar valores como la tolerancia y el respeto a las diferencias y lograr manejar sus emociones para vivir en paz. 

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6. El bilingüismo es una apuerta abierta al mundo
La importancia del inglés y su manera de enseñarlo a través de la vida es trascendental. Sin embargo, en cuanto a la formación en un segundo idioma, es importante vincular la didáctica con los diferentes conocimientos disciplinares y se necesitan herramientas para mejorar el uso de este idioma en el país. Queda claro que no es suficiente hablar inglés para enseñarlo. Además, hay que aumentar las practicas, pero también hacerles un seguimiento y acompañamiento cuidadoso para garantizar su pertinencia.

7. Para cerrar las brechas se necesita pertinencia
Las ciencias y la ingeniería son claves para la competitividad de las industrias, la tecnología y la innovación. Pero Colombia no alcanza todavía los niveles deseados. A pesar de los esfuerzos, aún no existen incentivos suficientes para las carreras relevantes. Según el Sena, para 2018 harán falta cerca de 90.000 ingenieros de sistemas y telemática en el país, una tendencia en ascenso. También en investigación las cifras dejan mucho que desear. El país tiene siete doctores por un millón de habitantes, mientras que el promedio latinoamericano es de 41. En cuanto a las publicaciones científicas, Colombia solo alcanza la mitad del promedio regional.

8. Hay que sincronizar los esfuerzos
Por último, hay que tener en cuenta que en el terreno de la educación en Colombia abundan los actores. Cientos de fundaciones e instituciones trabajan permanentemente y por la misma causa. Sin embargo, la cantidad de esfuerzos no asegura la calidad de los resultados. En gran parte, debido a la falta de un sentido de labor colectiva. Esto ha abierto brechas entre entidades con los mismos intereses , así como entre privados y gobierno. Uno de los efectos más graves es que hay regiones del país sobreintervenidas, y otras que carecen completamente de acciones con impacto. Es por eso que mejorar la educación solo será posible si Colombia cuenta con un liderazgo sólido en todos los niveles del gobierno y la plena participación de todos los grupos de interés. 

Es por eso que a un año de estas enseñanzas, la Cumbre Líderes por la Educación vuelve en su cuarta edición, pues quedan tareas pendientes y el compromiso de seguir debatiendo los temas que le competen al país. Este año, los próximos 20 y 21 de septiembre, diferentes expertos a nivel nacional e internacional se reunirán en el Centro Empresarial El Cubo de Colsubsidio, en Bogotá.

Se tratarán diferentes temas de relevancia  como la formación para la vida, la educación en las regiones y cuál será la nueva perspectiva educativa de cara a las próximas elecciones presidenciales, temas que podrían hacer parte del debate sobre educación en cualquier país del mundo, pero que adquieren particular relevancia en el contexto colombiano. 

Además, la Cumbre abordará otros temas de manera transversal como las competencias socioemocionales como motor de desarrollo en la sociedad. Y es que quienes se enfrentan al reto de crear una sociedad próspera deben ser conscientes de que son las personas las que construyen el país. Para mayor información siga el siguiente enlace.

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